sábado, 16 de enero de 2016

TRISTEZA EN LA ESCUELA SABÁTICA

Porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos (Isaías 56:7).

Gerónimo odiaba la Escuela Sabática. Si no fuese porque sus padres lo arrastraban allí todas las semanas, él nunca iría. No era que no le importara Dios, es que no sentía que pertenecía al grupo.
-¿Puedo esperar en el auto? -suplicó mientras estacionaban en la iglesia- Entraré cuando sea el momento del sermón.
-No -contestaron al unísono su madre y su padre.
-Dale una oportunidad. Trata de involucrarte y hacerte amigos -agregó la mamá.
Gerónimo suspiró. Sus padres no entendían lo que era estar “fuera del grupo”. En la escuela pública a la que asiatía, Gerónimo era popular y tenía un montón de amigos. Pero, en la iglesia era diferente. Allí, muchos de los chicos estudiaban juntos a la Escuela Adventista o se habían hecho amigos hacía mucho tiempo. Con frecuencia, Gerónimo sentía que no había un lugar para él en la Escuela Sabática.
En el aula, se sentó junto a uno de los chicos, perdido en sus pensamientos. Al principio, no se dio cuenta de que el maestro le había hecho una pregunta. Los otros chicos se rieron y el rostro de Gerónimo enrojeció.
-Pero qué idiota -masculló uno de los chicos, y los otros explotaron en risas. Mientras el maestro hablaba con el chico que se había burlado de él, Gerónimo se cruzó sus brazos y oró para que la Escuela Sabática terminara lo antes posible.

SPLASH:
El 16% de las personas que en algún momento asistieron a una iglesia dicen que dejaron de ir debido a una mala experiencia.

¿Y AHORA?
¿Qué puedes hacer para que otros chicos se sientan bienvenidos en tu iglesia? Tú o tus amigos ¿se están portando de tal modo que otros se sienten incómodos?

Tomado de: Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler

No hay comentarios:

Publicar un comentario