No dejes de recordar a Jesucristo. El apóstol Pablo
Imagina que estás a punto de morir y tienes la oportunidad de escribir una carta. ¿Qué escribirías? Seguramente hablarías de aquellas cosas que, fruto de tu experiencia, han sido la clave de tu crecimiento. ¡Tremendo reto para tan poco espacio! Cuando al apóstol Pablo le quedaba poco para morir (2 Tim. 4:6) escribió a Timoteo para darle las claves de su victoria espiritual. Básicamente el éxito de su experiencia cristiana podía resumirse en una sola frase: “No dejes de recordar a Jesucristo” (2 Tim. 2:8, NVI).
Pablo sabía que podemos perder de vista el verdadero sentido de la vida y la muerte de Cristo por cuestiones superficiales y que, si eso llega a sucedemos, habremos perdido la carrera. Por eso aconseja: “Debes seguir creyendo en lo que aprendiste, y que sabes que es la verdad. […] Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir” (2 Tim. 3:14-16, TLA). Sencillo: “Continúa estudiando la Biblia, porque a través de ella conoces a Jesús, y después dalo a conocer a los demás para que encuentren también el verdadero sentido de la vida”.
Lejos de quedarse en la teoría, el apóstol nos ha dado pautas para que sepamos llevar esto a la práctica: “No tengas nada que ver con discusiones necias y sin sentido, pues ya sabes que terminan en pleitos. Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse. Así, humildemente, debe corregir a los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad, de modo que se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene cautivos” (2 Tim. 2:23-26, NVI).
“Teniendo en cuenta las circunstancias de Pablo, sus palabras parecen asombrosas. Estaba a punto de morir. Veía que había falsos maestros empeñados en destruir la iglesia. Lo habían traicionado y abandonado. Otro hubiera dicho: ‘Destruye a los herejes y no te preocupes por las bajas civiles’. Pero él no lo hizo. En lugar de eso dijo: ‘No seas contencioso. No te dejes desviar por cuestiones secundarias. Sé amable. Ten paciencia. Cuando otros actúen con maldad, sopórtalos y confía en Dios’ Para lograrlo, no dejes de recordar a Jesucristo. *
* Joshua Harris, Cava más hondo (Miami: Unilit, 2011), p. 218.
“No dejes de recordar a Jesucristo” (2 Tim. 2:8, NVI).
Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
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