Versículo para hoy: “Dios el Señor expulsó al ser humano del jardín del Edén, para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho”. Génesis 3:23.
Dios hizo la tierra para que puedan crecer árboles, arbustos, plantas y otra vegetación. Pero, la tierra ya no es como Dios la hizo. Ahora hay que hacer que la tierra sea “nutritiva” para que las plantas crezcan grandes y bonitas.
Un poquito de ciencia
Con la ayuda de papá o de mamá, haz un hoyo en el jardín; si no tienes jardín, puedes usar un cajón grande de madera. El objetivo es que tengas un lugar con tierra.
Coloca una capa de aserrín para que no haya malos olores y se conserve la humedad de la tierra. Luego, agrega productos orgánicos como trozos de fruta, cáscara de huevo o restos de verduras. Si quedó un poco de comida en los platos del desayuno o la comida, di a tu mamá que te los dé para que también los pongas sobre el aserrín. Cubre todo con algo de tierra, y listo.
Tienes que remover la tierra cada ocho días para que reciba aire. Si ves que aparecen hormigas, no las mates: ellas ayudan a que los restos de alimento se descompongan más rápido. Luego de unas seis semanas, esa tierra será muy nutritiva, y podrás sembrar rábanos, espinaca, cilantro, zanahorias y otras verduras. Verás cuán bien crecen.
Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch
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