Por esto deben esforzarse en añadir al afecto fraternal, el amor. Pedro
Esto de las relaciones humanas es de lo más difícil. Con unas personas nos resulta tan fácil llevamos bien mientras que con otras… surgen enemistades que no sabemos solucionar. Por si fuera poco, tenemos también la presión externa de las personas que observan y nos condicionan a actuar de determinada manera.
En una ocasión, Abraham Lincoln fue duramente criticado por una mujer por tratar bien a sus enemigos durante la Guerra Civil norteamericana. Muy acaloradamente, la mujer le dijo: “¡Lo que tenemos que hacer es destruir a nuestros enemigos, no hacemos amigos suyos!” “Señora -dijo Lincoln-, ¿acaso no destruyo a mi enemigo cuando lo convierto en mi amigo?”* Yo añado: de hecho, esa es la única forma.
Un impulso interior nos lleva a ejercer resistencia a quien nos hace mal, pero así nunca lo venceremos; al contrario, la enemistad y el distanciamiento serán cada vez mayores. Lo que Jesús dice es: “No resistas al que te haga algún mal” (Mat. 5:39), porque esa resistencia (llámese violencia o pasividad agresiva) no solo no resolverá el problema, sino que avivará el fuego. En cambio, hacer bien a quien hace mal, lo obliga a reflexionar; de ese modo tal vez (no es seguro) se aplaque su enemistad.
La mejor forma de destruir a un enemigo es convertirlo en amigo. Es posible que a pesar de nuestros esfuerzos, esa persona no cambie su actitud de animadversión hacia nosotras, pero si no lo logran el cariño y el hacerle bien, no se logrará de ninguna otra manera. Dejemos el juicio de esa persona en manos del único que puede juzgar; al menos nosotras no le hagamos daño, y no empañemos el juicio sobre nuestra propia persona.
Jesús dijo: “Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, […] ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así” (Mat. 5:43-47). Si tenemos un enemigo, convirtámoslo en amigo tratándolo bien. Al menos lo convenceremos de que no queremos hacerle daño. El resto, ya queda en manos de Dios.
“Amen a sus enemigos” (Mat. 5:43).
* Norman Vincent Peale, Bible Power for Successful Living (Nueva York: Peale Center for Chris- tian Living, 1993), p. 120.
Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
#AnteTodoCristiana #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMujeres #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian
No hay comentarios:
Publicar un comentario