Pastor Dietrich Bonhoeffer |
“Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame” ” (Mateo 16:24).
Justo antes de que Hitler llegara al poder, Dietrich Bonhoeffer escribió: “No debemos sorprendernos si volvemos a tiempos en que se exija de nuestra Iglesia la sangre del martirio”. Esta declaración constituye un adelanto de lo que le ocurriría a Dietrich el 9 de abril de 1945, cuando su nombre fue agregado a la funesta lista de personas que morirían bajo el régimen totalitario del Tercer Rcich. Ese día Bonhoeffer fue ahorcado en Flossenbürg. El médico del campo de concentración, el Dr. Fischer-Hüllstrung, describió los últimos minutos de la vida de Bonhoeffer con estas palabras: “Vi al pastor Bonhoeffer, poco antes de salir de su celda, arrodillado y orando fervorosamente a su Dios. […] En el mismo lugar del suplicio elevó una breve oración y después subió valiente y sereno las escaleras que lo llevaban a la horca. […] En mis cincuenta años de actividad profesional como médico no he visto a nadie morir tan completamente sometido a la voluntad de Dios”.
Bonhoeffer fue uno de los personajes más influyentes del mundo cristiano durante el siglo XX. Su libro El precio de la gracia, publicado en 1937, ha sido considerado como uno de los cien libros cristianos más importantes del siglo XX. Permíteme compartir contigo esta declaración de dicho libro: “Toda llamada de Cristo conduce a la muerte. Todo mandamiento de Jesús nos ordena morir a todos nuestros deseos y apetitos” (p. 56).
La lucha de Bonhoeffer contra Hitler terminó con la muerte. Asimismo, nuestra batalla contra las fuerzas del mal concluirá también con nuestra muerte: la muerte al yo, al viejo hombre, al mundo y a sus deseos. Tiene que llegar el momento en que nos olvidemos de nuestros gustos y le demos prioridad a la voluntad de Dios. ¿Es difícil? ¡Claro que lo es! Porque nuestra humanidad es proclive a complacerse a sí misma. Pero podemos contar con la ayuda divina.
Hoy es un momento oportuno para hacer nuestras las palabras de Annie Johnson Flint: “Su gracia es mayor si las cargas aumentan; su fuerza es mayor si la prueba es más cruel; si es grande la lucha, su gracia es mayor; si más son las penas, mayor es su paz”.
Tomado de Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco
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