“Y así Jacob trabajó por Raquel durante siete años, aunque a él le pareció muy poco tiempo porque la amaba mucho” (Génesis 29:20).
La primera vez que alguien me rompió el corazón fue cuando estaba en séptimo grado.
Su nombre era Vincent y era, en mi opinión, el muchacho más bonito de la tierra. Estábamos “saliendo”, lo cual significa, en séptimo grado, que éramos novios. Nos tomábamos de la mano, pero algunos días ni siquiera nos hablábamos en el patio del recreo. El Día de los Enamorados, me dio una caja de bombones y, en la pista de patinaje, patinó conmigo toda la tarde. En mi cumpleaños rozó tímidamente mis labios con los suyos, y ese fue nuestro primer beso. Pero después de seis meses decidió que lo nuestro ya no funcionaba y terminó conmigo. Yo estaba desconsolada. Pensé que nunca podría amar a otro muchacho tanto como a Vincent y abandoné la esperanza de casarme algún día.
Sin embargo, como te podrás imaginar, más muchachos pasaron por mi vida y, con ellos, más corazones rotos. Al pasar los años, comencé a darme cuenta de que la posibilidad del matrimonio no desaparecía con cada relación. Todavía estaba por ahí en alguna parte y yo esperaba por ella. Cuando finalmente conocí a quien ahora es mi esposo, pasó bastante tiempo antes de que me diera cuenta de que él era la persona con la que quería casarme. Sin embargo, una vez que estuve segura, todos los fracasos amorosos del pasado se esfumaron de mi memoria; eran como neblina comparados con el gozo de tenerlo a él.
Pasó lo mismo con Jacob y Raquel. Él tuvo que trabajar catorce años para conseguirla. Los últimos siete fueron adicionales porque Jacob fue engañado por su suegro para que se casara con Lea, la hija mayor. Siete años parecen una eternidad para conseguir a la persona que amas, pero la Biblia dice que a Jacob le parecieron apenas días porque la amaba.
A tu edad, uno se impacienta esperando a la persona con la que se vas a casar. Tal vez piensas que nunca la vas a encontrar, o sientes que no vale la pena reservar tu cuerpo para el matrimonio porque la espera puede ser terriblemente larga. ¿Cómo controlarse a uno mismo durante tantos años? Confía en el ejemplo de Jacob. Cuando encuentres a la persona correcta, la espera parecerá unos pocos días, porque tu amor será enorme. Esperar vale la pena. MH
Tomado de lecturas devocionales para Adolescentes 2017
FUSIÓN
Por: Melissa y Greg Howell
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