martes, 24 de enero de 2017

UNA RABIETA DIVINA

“En cuanto Moisés se acercó al campamento y vio el becerro y los bailes, ardió de enojo y arrojó de sus manos las tablas, haciéndolas pedazos al pie del monte” (Éxodo 32:19).

Cuando mi hijo tiene una rabieta, comienza a lanzar cosas. A veces, cuando llego a su habitación, encuentro todos los libros que estaban en el estante regados por el piso. Otras veces, he encontrado todos sus juguetes tirados al pie de las escaleras, o si tardo demasiado en ir a buscarlo, esconde todos los animales de peluche bajo las sábanas de su cuna. Aunque este tipo de comportamiento es completamente predecible en un niño pequeño, es definitivamente alarmante verlo en algunos adultos que conozco. Uno de mis amigos lanza puñetazos a las paredes cuando está muy enojado. Otra muchacha que conozco rompió la ventana de su departamento en una rabieta (y le salió bien caro). Otro amigo diseñó un muñeco que golpea repetidamente contra la pared cuando está irritado. Incluso conozco a un joven que le tiró una lámpara -toda la lámpara- a su novia porque perdió el control.
Yo siempre había pensado que Moisés había tirado y roto las tablas de piedra a propósito cuando descendió del Monte Sinaí. Acababa de pasar unos días con el Señor y llevaba en sus manos los Diez Mandamientos escritos en piedra por el mismo dedo de Dios, cuando llegó al campamento y vio a los israelitas bailando salvajemente ante un becerro de oro que Aarón había hecho. Por eso “ardió de enojo y arrojó de sus manos las tablas, haciéndolas pedazos al pie del monte”. Pero ¡esa no fue una rabieta! Fue algo simbólico. El pueblo había roto el pacto que, recientemente, se había comprometido a cumplir, diciendo a Dios que harían todo lo que él les había dicho. Y Moisés rompió literalmente los mandamientos para simbolizar el hecho de que ellos habían roto su compromiso con Dios.
Es posible que tú no tires cosas cuando te enojas -y te sugiero que no lo hagas- pero, como Moisés, todos hemos roto nuestro pacto con Dios. No hay excusa, porque lo hemos hecho intencionalmente, aun habiendo prometido mantener nuestro compromiso. Pero las piezas no están rotas para siempre. Dios es tan paciente hoy como lo era entonces. Si has hecho algún daño y necesitas regresar al Señor, no esperes un minuto más. ¡Él está esperando por ti!

Tomado de lecturas devocionales para Adolescentes 2017
FUSIÓN
Por: Melissa y Greg Howell
#Fusión # UnPuntoDeEncuentroEntreTúyDios #MeditacionesMatutina #DevociónMatutinaParaAdolescentes #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

No hay comentarios:

Publicar un comentario