sábado, 4 de enero de 2020

“EL QUE HA SUPERADO SUS MIEDOS SERÁ VERDADERAMENTE LIBRE». ARISTÓTELES

Tu mamá, ¿se preocupa mucho? Quizás algunas veces le das ánimo con palabras como: «No te preocupes, mamá. No parece una serpiente venenosa”.
«No te preocupes, mamá. Hace años desde la última vez que alguien se cayó de esa montaña rusa»
Queremos instar a nuestras madres a que se relajen porque, cuando ellas se ponen nerviosas, nosotros nos ponemos nerviosos; especialmente, cuando emiten un cierto sonido conocido como «el grito ahogado».
Mi esposa a menudo decide dar gritos ahogados mientras vamos tranquilamente en auto viajando por la carretera. Hay algo en ese sonido que dispara un golpe de adrenalina en mi torrente sanguíneo y me hace querer girar bruscamente para situarme contra el tráfico, ya que la muerte por colisión me parece en ese momento preferible al terror que me causa descubrir qué originó ese sonido de ella.
«¿Qué pasó?», exclamo con pánico. «¿Qué pasó?»
Ella me mira, con los ojos grandes como platos: «Me olvidé de felicitarle el cumpleaños a mi tía».
Los gritos ahogados plantean un gran problema: no transmiten ninguna información útil. Por ejemplo, el mismo grito puede significar «¡Un hombre extraño corre hacia mí con un cuchillo en la mano!», o «¡El gato se está comiendo mi desayuno!»
Los hombres no gritan. Por eso prefiero a un hombre de capitán cuando viajo en avión. Nadie quiere estar en un vuelo transcontinental y escuchar: «Les habla su capitán… ¡AAAHHH!».
Los hombres relatan los hechos manteniendo la compostura: «Les habla su capitán. A causa de problemas técnicos, estaremos estrellándonos al sur de Honduras. Esto significa que por viajero frecuente solo se les concederá la mitad de las millas que esperaban por este vuelo».
En realidad, tanto los hombres como las mujeres se preocupan demasiado. Los hombres nos preocupamos por el trabajo, la política, o porque el auto nuevo tiene un rayón. Las mujeres se preocupan por los secuestradores de niños, los gérmenes y los juegos en los que no controlamos nuestra fuerza.
Aunque es completamente natural preocuparse, creo que para Dios es un cumplido cuando no nos preocupamos; porque eso quiere decir que confiamos en él tan plenamente que nuestras preocupaciones desaparecen y nos sentimos en perfecta paz.
Piensa en los lirios… ellos nunca se preocupan. Ni gritan. No emiten ningún sonido similar al grito ahogado.
«Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas» (Mat. 6:34).

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES
“UNA IDEA GENIAL”
Por: Kim Peckham
Lecturas Devocionales para Adolescentes en 2020.

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