Pedro y Matilde pidieron a sus abuelos que les dejaran jugar en el altillo. Tenían mucha curiosidad de entrar allí.
-De acuerdo -les dijo la abuela-. Yo necesito colocar algunas cosas y vosotros podéis ayudarme.
Y así fue. Subieron por una pequeña escalera y encontraron armarios con juguetes de madera y de hojalata, libros antiguos, álbumes de fotografías…
De pronto, Pedro abrió una caja y encontró una Biblia con letra grande. Le quitó el polvo y fue a mostrársela a su abuelo. Y él le dijo:
-Esta fue mi primera Biblia. ¡Cómo me gustaba! ¡Cuánta nostalgia!
Esa noche, el abuelo les leyó historias de su vieja Biblia.
¿Y yo?
Cuando aprendas a leer, ¿te gustaría tener una Biblia?
Mi oración para hoy
Señor, ayúdame a apreciar 10 que has escrito para mí.
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