viernes, 1 de enero de 2010

LIBERACIÓN Y TRIUNFO

Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón. Génesis 3:15.

El pecado trajo nuevas palabras y nuevos conceptos a la recien creada pareja en el Edén. Nunca antes se habían pronunciado entre- ellos, ni las habían escuchado de Dios. «Desnudez», «vestimenta», «esconderse», pero sobre todo, «miedo». La misma voz que antes les producía gozo, ahora les producía miedo. «Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo», dijo Adán (Génesis 1: 10). ¿Alguna vez deseaste que tu papá no llegara del trabajo o de un viaje? Tal vez, cuando eras niño, en lugar de salir a su encuentro gozoso, te escondiste aterrado. Te habías portado mal, y sabías que a la llegada de tu papá serías llamado a cuentas. La serpiente, que se llama Diablo y Satanás (Apocalipsis 12: 9), se presenta en el Génesis astuta, mentirosa, culpable y sentenciada a muerte. «Su simiente te aplastará la cabeza», dice nuestro texto de hoy. Si te escondes de Dios únicamente obstaculizas tu verdadera libertad. Así, te demoras en escuchar las nuevas palabras que brotaron del diccionario de Dios allí mismo, en el Edén: «Enemistad», «simiente», «herir». ¿Quieres saber su significado? Expresan la liberación de la esclavitud que Satanás había impuesto, «porque él [Jesús] salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1: 21), y expresan el triunfo sobre el mal, porque «gracias a sus heridas fuimos sanados» (Isaías 53: 5). Hoy que inicia este año te aconsejo que atiendas a la voz de Dios. Él te busca para liberarte de tus miedos. Te busca para asegurarte que la sentencia sobre la serpiente se ha cumplido. Sí, son noticias que se desprenden de la cruz del Calvario. Allí nuestro Salvador, la simiente de la mujer, cumplió su promesa. La serpiente es un enemigo derrotado. De modo que, ¡sal de tu escondite! ¡No hay razón para que te ocultes de Dios! «Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3: 16).

«Los más débiles creyentes en la verdad, cuando piden humildemente ayuda al poderoso Vencedor, pueden, confiando firmemente en Cristo, rechazar con éxito a Satanás y a toda su hueste». MJ 49

Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

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