miércoles, 13 de enero de 2010

SIN TEMOR AL COMPROMISO MATRIMONIAL

Labán y Betuel respondieron: «Sin duda todo esto proviene del Señor, y nosotros no podemos decir ni que sí ni que no». Génesis 24:50.

Es esencial que los matrimonios puedan utilizar hoy también las palabras de Labán y Betuel, y enfrentar los retos de la vida familiar con la seguridad de la conducción de Dios. ¿No te parece? Nadie más para unir dos vidas que aquel que inventó el matrimonio. Frente a Eva, y contemplándola con asombro, Adán no tuvo ninguna duda que de Dios había hecho algo perfecto.
En el marco del gran conflicto en el que vivimos, padres, educadores y gobernantes sabemos que el núcleo familiar constituye el fundamento de nuestra sociedad. También la institución del hogar es golpeada por el enemigo con la intención de aniquilarla.
Ahí estaba Rebeca, la hija de Labán, frente a un futuro incierto; frente a la posibilidad de marchar a otro lugar, lejos de la casa de su padre. Ahí estaba para iniciar una nueva vida como esposa y madre. Y con una seguridad que solamente puede brindar la dirección de Dios, respondió a la oferta matrimonial: «Sí» (Génesis 24: 58).
El matrimonio es una de las tres decisiones más importantes que toman los jóvenes: /" ¿En quién voy a creer? / ¿Qué voy a estudiar? ¿Con quién me voy a casar?
Como es para toda la vida, es necesario que pongas hoy tu matrimonio en las manos de Dios para que él lo conduzca. Y si no te has casado, para que pongas tus planes en sus manos. El matrimonio es una invención divina, y él se goza en hacerlo prosperar. No tendrás temor si sigues sus instrucciones.

«Si hay un asunto que debe ser considerado cuidadosamente, y en el cual se debe buscar el consejo de personas experimentadas y de edad, es el matrimonio; si alguna vez se necesita la Biblia como consejera, si alguna vez se debe buscar en oración la dirección divina, es antes de dar un paso que ha de vincular a dos personas para toda la vida». MJ 462.

Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

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