martes, 22 de febrero de 2011

LA MAYOR COSECHA

Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor (1 Corintios 13:13).

En la Biblia se presentan estas tres virtudes: fe, esperanza y amor, como las más esenciales en la vida del cristiano. Todo el capítulo 13 de 1 Corintios, dedicado al amor genuino, descorre una vez más el propósito de Dios para tu vida: que tengas fe. Una fe sólida, capaz de confiar aun en lo imposible. Una fe gigante, que toma la estatura del Calvario.

Dios también desea que tu esperanza sea firme, sin fluctuaciones, temor ni dudas. Una esperanza que te aferré a sus promesas y que te haga vislumbrar los destellos del reino de gloria. Y sobre todo. Dios desea para ti el amor que no tiene fronteras, el amor puro capaz de obrar sin egoísmo. He aqui en tres palabras el propósito, el deseo y la ambición de Dios para tu vida, para tu felicidad. Pero, lamentablemente, existe la contraparte: los propósitos, deseos y ambiciones del enemigo, que lucha constantemente para que no se cumplan los nobles propósitos de Dios en ti. Ahora entra en escena un elemento clave: tu voluntad, tu libre albedrío, tu capacidad para elegir a quién servir.
La declaración final del versículo de hoy asegura que la mayor de estas virtudes es el amor. ¿Por qué el amor? Porque por amor vas a elegir hoy a quién servir. Por amor vas a decidir en quién depositar tu fe. Por amor, tu esperanza se centrará en la certeza de la salvación. Por amor podrás mirar a tu alrededor y luchar porque otros también gocen de ese amor. Por amor vas a moldear tu conducta en obediencia a tu Salvador. Por amor vas a caminar con paso firme a la Canaán celestial y a contemplar las manos heridas por ese Amor que lo dejó todo para pensar en ti y convertirse en tu amor. ¿Lo amarás?

No comiences este día sin decidir amar a quien te amó primero entregando su vida para amarte por la eternidad.

El amor sigue siendo la única fuerza capaz de sembrar y cosechar buenos frutos.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

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