Sin falta le darás y no serás de mezquino corazón cuando le des, porque por ello te bendecirá Jehová, tu Dios, en todas tus obras y en todo lo que emprendas (Deuteronomio 15:10).
Los esposos Mansell, en su libro “Tan cierto como el amanecer”, cuenta que había dos estudiantes en la Universidad de Stanford que se costeaban sus propios estudios, aunque en ocasiones se les dificultaba cubrir los gastos. Un día a uno de ellos se le ocurrió la brillante idea de invitar a Paderewski, el famoso pianista polaco, a dar un concierto, con la esperanza de obtener algunas ganancias y de esa forma ponerse al día en sus obligaciones económicas. Cuando se entrevistaron con el representante del artista acordaron pagar dos mil dólares al insigne pianista por un recital. Los dos jóvenes confiaban en que aquel concierto iba a ser tan exitoso de ganarían una buena cantidad de dinero. Sin embargo, únicamente obtuvieron mil seiscientos dólares, suma que entregaron el agente con una nota de compromiso por los cuatrocientos dólares restantes. Al enterarse de la situación, Paderewski rompió la nota y dijo:
Descuenten de los mil seiscientos dólares los gastos incurridos en el concierto. Además tomen ustedes el diez por ciento de esa suma y me entregan lo que sobre. Los dos jóvenes no podían creer lo que estaban escuchando.
Pasaron los años y al finalizar la Primera Guerra Mundial Paderewski llegó el primer ministro de Polonia. Aquel país se encontraba en una situación muy difícil, y su población estaba pasando hambre. Paderewski se dirigió a Hebert C Hoover, quien era en aquel tiempo ministro de Hacienda de los Estados Unidos, con el fin de solicitar una ayuda para polonia. Pronto comenzaron a llegar embarques de comida y de esa forma se logró aliviar la situación del pueblo polaco. Al poco tiempo Paderewski viajó a París para darle las gracias a Hoover.
-Señor Padarewski- le dijo Hoover mientras estrechaba la mano -, Tal vez no se acuerde de mí, pero usted me ayudó mucho cuando yo apenas era un pobre estudiante de la Universidad de Stanford.
La generosidad debe ser parte de nuestra vida cristiana. Recuerda que «más bienaventurado es dar que recibir» (Hech. 20:35). Ojalá que este nuevo año esté lleno de esperanzas, deseos y resoluciones que representen la semilla de un cambio para ser más generosas.
Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Edilma E Balboa
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