Sigan ustedes mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo. 1 Corintios 11:1
No tenemos en nuestra iglesia un Salón de la Fama para escritores. Pero si lo hubiera, sin lugar a dudas, el pastor Sergio V. Collins figuraría entre los seleccionados.
Cuando era un joven de tu edad, leí uno de sus libros titulado La personalidad triunfadora del joven moderno. Resulta que, por esas vueltas que da la vida, el Pr. Collins y yo llegamos a ser compañeros de trabajo en las oficinas de la Asociación Publicadora Interamericana (APIA). Una de las primeras cosas que hice al conocerlo fue agradecerle por la gran ayuda que me brindó a través de su libro.
No recuerdo ahora si fue en ese momento, o en una ocasión posterior, que el pastor Collins me contó una de sus muchas anécdotas. Se encontraba dando unas charlas en la Universidad Adventista de Puerto Rico, cuando se le acercó un alumno.
—Pastor Collins, es un placer para mí conocerlo en persona.
—Igualmente para mí —respondió el pastor—. ¿Y cuál es tu nombre?
—Mi nombre —dijo el joven—, es Sergio Collins.
—¿Cómo puede ser? ¡Ese también es mi nombre!
—Pues le voy a explicar, pastor. Soy haitiano y estudio Teología. Para poder pagar mis estudios debo vender libros. Era un pésimo vendedor, hasta que usted vino a darnos seminarios sobre el arte de vender. Decidí aplicar sus técnicas en el colportaje y me fue muy bien. Pero hay algo más. Me di cuenta de que usted es un hombre de éxito. Entonces pensé que si adoptaba legalmente su nombre, también podría tener éxito como usted. Así que me cambié el nombre y, para resumir la historia, me convertí en el mejor vendedor de libros de Haití.
¡Qué interesante! Sea que lo advirtamos o no, hay gente que influye en nosotros. Algunos influyen para bien, otros para mal. Cuán importante es escoger, como modelos, hombres y mujeres que nos ayuden a ser mejores personas.
De igual manera recuerda que tu vida también influye en los demás. Vive de tal manera que seas una inspiración para quienes se asocian contigo dondequiera que te encuentres.
Así que, como lo dice el título de nuestro tema para hoy, no hay nada malo en copiar... ¡los buenos ejemplos!
Dame, Señor, discernimiento para seguir el ejemplo de hombres y mujeres parecidos a Cristo.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala
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