sábado, 18 de agosto de 2012

AYUDA PARA BIEN


Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es a los que conforme, a su propósito son llamados (Romanos 8:28).

La reacción normal ante algunas situaciones difíciles es desesperarse y preguntar: «¿Por qué me está pasando esto? ¿Qué voy a hacer?». Nuestro corazón se llena de dudas y quizá lleguemos incluso a pensar que Dios nos ha abandonado. En muchas ocasiones me he encontrado en un callejón sin salida y no he podido ver la mano de Dios. A pesar de todo, tras cada prueba he podido reconocer la forma extraordinaria en que Dios me ha guiado.
A los pocos días de llevar a casa a nuestra recién nacida bebé notamos que tenía una protuberancia en el párpado izquierdo. La llevamos al médico y nos dijeron que tenía un quiste, pero que no era para preocuparse, ya que podrían operarla cuando cumpliera dos años. No le di mucha importancia pensando que seguramente el quiste desaparecería. Un día la llevamos a la pediatra, quien nos dijo que el quiste estaba creciendo y que tendrían que operarla antes de que cumpliera un año. Entonces sí me preocupé, pues no imaginaba la forma en que Dios podría sanarla.
Un día dejé a la niña en casa con su abuelita, quien acostumbraba a cuidarla. Cerca del mediodía llamé para saber de ellas. Cuando contestaron el teléfono escuché un llanto muy fuerte. Me asusté aún más cuando su abuela me dijo: «La niña se acaba de caer y se golpeó el ojo donde tiene el quiste». Cuando fui a buscarla noté que tenía el párpado inflamado, así que la llevé a la pediatra, quien me dijo que no había motivos para alarmarse. A los pocos días el párpado comenzó a desinflamarse, pero ya no se le notaba el quiste, por lo que la llevamos nuevamente a su pediatra. Ella, sorprendida, nos dijo que probablemente el quiste tenía líquido en su interior y que al romperse con el golpe, el cuerpo lo había absorbido.
Cada caída que sufrimos elimina un quiste de nuestro carácter y nos prepara para ir al encuentro del Señor. Te invito a que dejes tus problemas a los pies del Salvador y podras comprobar que cada situación ayuda para nuestro bien.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Gregaria González 

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