Lugar: India
Palabra de Dios: Colosenses 3:12-14
Ramraj* se unió a la pequeña multitud de personas que se había reunido afuera, para escuchar historias acerca de Jesús. Cuando la reunión terminó, se quedó atrás, para hablar con el misionero Hyde. Después de varias charlas de estas, Kamraj decidió que él también quería hacerse cristiano.
Unos pocos días más tarde, sin embargo, Kamraj sintió muchos deseos de beber. "Necesito dinero", pensó. "¿De dónde voy a conseguir dinero?" Pronto se le ocurrió una idea. Se deslizó al interior de la casa del misionero, para ver qué podía encontrar. Después de una mirada rápida, sus ojos se posaron en la ropa del hombre. Sí, eso serviría. Rápidamente, Kamraj las puso en una bolsa y se escurrió por la puerta de atrás.
Kamraj vendió la ropa, y usó ese dinero para comprar una botella de whisky. Pero, mientras se lo tomaba, no podía dejar de pensar en el bondadoso misionero que se había hecho su amigo, y en lo que este haría cuando descubriera que le faltaba la ropa. No tuvo que esperar mucho. El misionero Hyde vino a buscarlo.
-Sé lo que hiciste, Kamraj -le dijo-. Alguien te vio salir de mi casa. Pero, me doy cuenta de que estás triste por lo que hiciste, y yo te perdono. Espero que, junto conmigo, le pidas perdón a Dios, también. Él sigue amándote, y quiere que vuelvas a él.
Kamraj no pudo resistir el amor y la bondad del misionero. Los ojos se le llenaron de lágrimas, mientras oraban.
No es siempre fácil ser bueno con alguien que nos ha hecho algo malo, pero si tenemos el amor de Dios en nuestros corazones, podemos ser bondadosos y perdonadores. "Revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia... Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto".
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson
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