Ya sé que no hay una bienaventuranza que lo diga así (bienaventurados los que perseveran), pero creo que es verdadera. Es lo que dice, en esencia, nuestro texto de hoy.
Ningún otro rasgo de carácter es tan crucial para el éxito como la perseverancia. El apóstol escribió: “Han oído hablar de la perseverancia de Job” (Sant. 5:11). Dios elogia a los perseverantes (lee Apoc. 2:3).
A un niño que era muy tímido en la escuela le pusieron el sobrenombre de “Sparky”. Así se llamaba un caballo que aparecía en las tiras cómicas. A él le iba tan bien en la escuela, que lo adelantaron de grado. Cuando estaba en primer grado, su mamá lo ayudó para que les llevara presentes del Día de la Amistad a todos en su clase, de manera que ninguno se sintiera mal por no haber recibido nada. Sin embargo, su timidez le impidió poner los regalos en la caja que estaba frente al salón de clases para ese propósito, así que se volvió a casa con ellos.
Con el paso del tiempo, se convirtió en un adolescente muy tímido, porque era el de menos edad de su clase en la secundaria. Un momento desagradable ocurrió cuando le rechazaron sus dibujos para el anuario.
Sparky fue víctima de muchos rechazos durante su vida. Incluso cuando le propuso matrimonio a la mujer de la que se enamoró, fue rechazado. Finalmente, se casó con otra.
Su única habilidad era el dibujo, y él se sentía orgulloso de sus obras de arte. Pero, nadie las apreciaba. Sin embargo, no se dio por vencido. Sparky comenzó a considerar la posibilidad hacer carrera como artista profesional. Un día se le ocurrió comenzar a escribir su autobiografía mediante caricaturas. En ellas describía su niñez, mostrando al niño introvertido que no lograba tener éxito. Utilizó aun personaje conocido hoy en la mayor parte del mundo.
Charles “Sparky” Monroe Schulz fue el creador de la famosa tira cómica Peanuts, de Charlie Brown, el niño cuya cometa no volaba, y su inseparable perro Snoopy.
Sparky triunfó al fin en la vida, mientras sus compañeros “más inteligentes” se perdieron en el olvido. Pero en la vida espiritual el asunto es aún más importante. Aquí la perseverancia es de la mayor trascendencia. De los perseverantes es el reino de los cielos. Si caes, si el enemigo se regocija derribándote, no te rindas, no te desanimes. Todavía hay esperanza para ti. Dios es especialista en levantar a quien ha caído.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez
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