miércoles, 1 de enero de 2014

COMENCEMOS CON DIOS

"Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Mateo 6:33.

Corrían las horas y los días, y la mirábamos maravillados porque no podíamos creer que nos habíamos convertido en padres. Entonces supimos que, de alguna manera, éramos personas especiales. Deseábamos darle lo mejor a nuestra pequeña porque ahora teníamos por quien y para quien vivir. ¡Qué tremenda responsabilidad! Solamente nos sería posible buscando en la sabiduría del Cielo toda la luz que necesitamos para nuestra vida y la de nuestra hija. ¿Cómo acceder a esa sabiduría? Únicamente acercándolos humildemente al Señor. Así descubrimos que no hay nada más reconfortante que empezar el día con Dios.
Este es el primer día del año y, como todo lo nuevo, lo miramos y tocamos con cuidado. Los días pasarán con sus preocupaciones, problemas y desafíos, y es en este punto donde debemos trabajar por nuestro hogar y nuestros hijos con el mismo esmero que Dios tiene para nuestra vida.
Como dice el texto de hoy, si ponemos nuestra vida en las manos de Dios, no tendremos de qué temer. Los hechos y las cosas vendrán para nuestro socorro y bendición.
Ser madres nos hace entrar en un terreno totalmente desconocido, inexplorado, lleno de dificultades e inseguridades, pero rebosante de esperanza. Detente un minuto en este día para darte un tiempo y escuchar lo que Dios tiene para decirte con relación a tu familia. Aprende a vivir, no a desear vivir, porque estamos en esta vida para labrar la felicidad de los nuestros. De nada serviría que todo nos saliera perfecto, sin problemas, sin luchas, sin retos ni desafíos. Si nuestra vida fuera perfecta, ¿a qué nos dedicaríamos? ¿Dónde depositaríamos nuestra esperanza?
Decidamos ser auténticas y coherentes, crezcamos espiritualmente, disfrutemos de nuestra familia y de la vida familiar, respetemos a nuestro cónyuge y a nuestros hijos, perdonemos sus errores y ofensas, ayudémoslos a ir al cielo. Bendigamos a nuestra familia en todo momento. Empecemos este año con Dios en nuestro corazón. Si ya lo decidimos y flaqueamos, volvamos a empezar. Vivamos con alegría, disfrutando de la vida y el hogar que Dios nos regala.

Tomado de LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER
DE MUJER A MUJER
Recopilado por: Pilar Calle de Henger

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