Uno de mis amigos se especializa en mandar mensajes de texto intrigantes que me dejan en suspenso. Dejan entrever un gran drama personal, pero no dan detalles. He aquí algunos mensajes de los que me ha enviado:
«Esto es un horror».
«Evita la ciudad a toda costa hoy».
«Estoy en cuidado intensivo. Mi jefe me mandó».
«Recibí una actualización, y no es buena».
«Adivina qué».
«No estoy muy contento».
«Estoy en el consultorio médico. Esta vez sí que se me fue la mano».
Casi siempre le ruego que me dé más información. Y generalmente la respuesta es… bueno, decepcionante.
Por ejemplo, pregunté «¿Qué sucedió?» luego de leer su mensaje: »Esto es un horror»; y él explicó: «Me llamaron para trabajar en mi día libre»
Luego de su «Adivina qué» y mi «¿Qué?», él respondió: «Voy a cambiar mi número de teléfono, solo quería avisar».
«Vaya; qué exagerado es», he murmurado para mis adentros muchas veces. Incluso la consulta médica en urgencias terminó siendo por un corte en un dedo que ni siquiera requirió puntos.
Pero, en unas vacaciones recientes, todos en mi familia entramos en pánico por una serie de cuestiones menores que salieron mal: un avión retrasado, una sopa «vegetariana» que tenía pedazos de carne, falta de señal en los teléfonos… Una vez que nos dimos cuenta de que estábamos reaccionando exageradamente (igual que mi amigo el de los mensajes), comenzamos a bromear, diciendo: «¡Casi perdí la paciencia!».
Hablando de paciencia… Jesús tenía mucha. Incluso mientras colgaba de la cruz, perdonó a sus asesinos, hizo arreglos para el cuidado de su madre, le prometió vida eterna a un pecador arrepentido y entregó su propia vida a Dios. Jesús solo pronunció palabras intrigantes (de esas que dejan en suspenso) en una ocasión: cuando sintió la separación de su Padre celestial y exclamó «Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’)» (Mar. 15:34). Y esa es la única razón por la que deberíamos perder nuestra paciencia. La separación de Dios realmente es una buena razón para mandar un mensaje que diga: «Esto está muy mal». Lori
«En su angustia clamaron al Señor, y él los sacó de su aflicción. Cambió la tempestad en suave brisa: se sosegaron las olas del mar” (Sal 107:28,29)
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES
“UNA IDEA GENIAL”
Por: Kim Peckham
Lecturas Devocionales para Adolescentes en 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario