De tal manera amó a Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16.
Una niña entró en la imprenta de su padre después de concluida la jornada laboral. Entre los papeles de su escritorio encontró uno que decía: «De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado». El papel estaba rasgado, por lo que no pudo continuar leyendo, pero como quien tiene algo muy importante que decir, salió corriendo hasta encontrar a su mamá, y casi sin aliento, le contó lo sucedido. La mamá entonces le dijo: «Termina la frase, cariño, ¿qué es lo que ha dado Dios?».
La niña, ya más calmada, respondió: «Mamá, eso no importa. Si Dios amó al mundo, seguro que lo que ha dado es algo bueno».
Hay mucha sabiduría en las palabras de aquella pequeña. Dios realmente nos ha dado lo mejor: su amor. Un amor sin barreras. Un amor incondicional. Un amor que está a disposición de todas las clases sociales, razas y culturas.
Durante este mes de febrero, estaremos vislumbrando ese amor que cambia por completo nuestra existencia, ese amor que nos hace contemplar la rosa y no las espinas, que nos cobija del sol ardiente de un día sin nubes y nos libra de temor en días de tormenta.
El amor no es una fantasía ni un mero recurso literario. El amor es más que una palabra, es un principio que pasa a la acción. No hay vida sin amor. Podrás existir y hasta fingir que vives, pero sin amor, tu día a día estará vacío.
Como esposa, como madre o simplemente como ser humano, necesitas desesperadamente que el amor tome las riendas de tu vida. Solo entonces podrás dar lo mejor de ti, como lo hizo Dios al entregar a su único Hijo para nuestra salvación, sin importar si lo merecíamos o no. Dios no escatimó esfuerzos a la hora de dar. Él simplemente dio, porque así es como se muestra el amor.
No cierres hoy las páginas de este libro sin pedirle a Dios que te ayude a descubrir ese amor. Contémplalo y compártelo. El amor solo piensa en dar, no en recibir.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
Una niña entró en la imprenta de su padre después de concluida la jornada laboral. Entre los papeles de su escritorio encontró uno que decía: «De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado». El papel estaba rasgado, por lo que no pudo continuar leyendo, pero como quien tiene algo muy importante que decir, salió corriendo hasta encontrar a su mamá, y casi sin aliento, le contó lo sucedido. La mamá entonces le dijo: «Termina la frase, cariño, ¿qué es lo que ha dado Dios?».
La niña, ya más calmada, respondió: «Mamá, eso no importa. Si Dios amó al mundo, seguro que lo que ha dado es algo bueno».
Hay mucha sabiduría en las palabras de aquella pequeña. Dios realmente nos ha dado lo mejor: su amor. Un amor sin barreras. Un amor incondicional. Un amor que está a disposición de todas las clases sociales, razas y culturas.
Durante este mes de febrero, estaremos vislumbrando ese amor que cambia por completo nuestra existencia, ese amor que nos hace contemplar la rosa y no las espinas, que nos cobija del sol ardiente de un día sin nubes y nos libra de temor en días de tormenta.
El amor no es una fantasía ni un mero recurso literario. El amor es más que una palabra, es un principio que pasa a la acción. No hay vida sin amor. Podrás existir y hasta fingir que vives, pero sin amor, tu día a día estará vacío.
Como esposa, como madre o simplemente como ser humano, necesitas desesperadamente que el amor tome las riendas de tu vida. Solo entonces podrás dar lo mejor de ti, como lo hizo Dios al entregar a su único Hijo para nuestra salvación, sin importar si lo merecíamos o no. Dios no escatimó esfuerzos a la hora de dar. Él simplemente dio, porque así es como se muestra el amor.
No cierres hoy las páginas de este libro sin pedirle a Dios que te ayude a descubrir ese amor. Contémplalo y compártelo. El amor solo piensa en dar, no en recibir.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
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