Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender para corregir y educar en una vida de rectitud. 2 Timoteo 3:16
En su libro de lecturas devocionales, Charles Cowan cuenta que un joven estaba preparando su maleta para salir de vacaciones. Metió en ella todo lo que el espacio permitía: ropa, zapatos, artículos deportivos, algunos libros y muchas otras cosas. Mientras empacaba, un amigo suyo lo observaba. Cuando solo quedaba un pequeño espacio disponible, el muchacho le dijo a su amigo:
— Este espacio está reservado para mi colección favorita de libros.
— ¿Una colección de libros? — interrumpió el asombrado amigo — . ¿En ese espacio tan pequeño?
— Así es. La colección incluye libros de historia, poemas y biografías. Y en este pequeño espacio también pondré una linterna, un mapa, una espada, un espejo...
Al notar que su amigo no terminaba de entender, el joven procedió a explicar:
— Se trata de mi Biblia, apreciado amigo. Ella es una luz que ilumina mi camino, un mapa que me guía, una espada de doble filo, un espejo que revela mis defectos de carácter. Pero por sobre todas las cosas, es una colección de libros que hablan del precio que Cristo pagó para salvarme (Mountain Trailways far Yout/i. Devotions for Young Peopk [Senderos montañosos para jóvenes. Lecturas devocionales para los jóvenes]).
¿Y qué significa la Biblia para ti? ¿Qué lugar ocupa en tu vida? Cuando viajas, ¿hay un lugar reservado en tu equipaje para tu Biblia? ¿La lees cada día? Tener una Biblia y no leerla es como no tenerla. Peor aún, es como tener un tesoro en casa y no saberlo, como lo ilustra el siguiente relato.
Se cuenta que hace años un granjero le compró a un vecino una obra del pintor inglés Thomas Daniell (1749-1840) por apenas cuatro dólares. El hombre la colgó de una pared del granero y se olvidó de ella hasta un día que su contador la vio. Pensando que podía tener cierto valor, le tomó una foto. Luego envió la fotografía a una casa de subastas. Cuando se comprobó que era una obra original, que había estado «perdida» durante más de un siglo, ¡la pintura fue subastada por más de noventa mil dólares!
El granjero tenía un tesoro en su casa y no lo sabía. Así sucede con todo aquel que posee una Biblia y no la lee. Que no te suceda a ti lo mismo.
Padre celestial gracias por el tesoro de tu palabra. Ayúdame a darle su justo valor.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala
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