Que sean siempre blancos tus vestidos, y que no falte nunca el perfume en tus cabellos. Eclesiastés 9:8.
En las Escrituras encuentro un texto que me llena de ánimo: «Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir» (1 Cor. 10:13).
La atención que Dios nos brinda es individual. Conoce las inclinaciones, debilidades y fortalezas de cada persona. Tiene para cada uno de sus hijos un manto de justicia que lo cubrirá en momentos de prueba y dolor. Un vestido a tu medida que te cubrirá y te ayudará a enfrentar las batallas de la vida sin salir lastimada, ¿no es maravilloso?
Las mujeres, en las diferentes etapas de nuestro ciclo de vida, enfrentamos numerosos retos, pruebas y tentaciones. Para todas estas vivencias Dios tiene preparado un vestido de protección según tu talla. El Señor ha diseñado tu vestido tomando cuidado de que siempre realce la belleza natural de una hija de Dios.
El vestido que lucirán las mujeres solteras ha sido confeccionado por Dios para que siempre puedan preservar la pureza. Ellas pueden pedir este vestido en la boutique de Dios con el nombre de «sensatez» (Tito 2:5). Las madres jóvenes, que tienen el reto de criar hijos pequeños, tarea agotadora y que pone a prueba toda la fortaleza física y emocional de la mujer, pueden vestir el diseño llamado «perseverancia» (Heb. 12:1). Puede ser que una madre con hijos jóvenes desee usar un vestido que la haga fuerte para hacer frente a la voluntad obstinada propia de los adolescentes. Es en esta etapa de la vida cuando las madres necesitamos más fuerza emocional que física. Las peleas ahora son con los seres que más amamos, nuestros hijos. Anhelamos no lastimarlos ni romper la relación de amor con ellos. Es por eso que Dios creó el vestido propio para estas mujeres: la «tolerancia» (Efe. 4:2).
El vestido más regio lo ha diseñado el Señor para las mujeres mayores, pues su belleza ha sido probada en el tiempo. Aquellas que han dejado la niñez, la juventud y han alcanzado la madurez, son llamadas a transmitir a las que vienen detrás las lecciones de vida que les han dado éxito a ellas. Su vestido lleva por nombre «maestra del bien», y tiene como accesorio una corona que el mismo Dios pondrá sobre sus sienes.
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado
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