viernes, 29 de enero de 2016

EL PODER DEL EJEMPLO

Yo sería cristiano si no fuera por los cristianos. Gandhi.

Cada vez que leo o escucho esta frase no puedo evitar sentir cierta tristeza, aunque no es tristeza lo que quiero transmitirte. Al hilo de esta crítica tan aguda de Gandhi hacia nosotros los cristianos, he seleccionado para ti un hecho real que espero te motive a vivir una religión auténtica, positiva y esperanzadora que se manifieste a través de actos más que palabras.
Esta es la historia de Desmond Tutu, el premio Nobel de la Paz. Tutu nació y se crió en la Sudáfrica del apartheid, caracterizada por la rígida segregación racial que negaba a los ciudadanos negros el derecho al voto y los obligaba a vivir en determinadas zonas. Tutu recuerda una ocasión, cuando era niño, en la que iba caminando con su madre por la calle y se cruzaron con un sacerdote anglicano llamado Trevor Huddleston. Según las leyes del país de aquella época, toda persona de color que se cruzara con un ciudadano blanco debía hacerle una reverencia pero, en aquella oportunidad, fue el sacerdote, de raza blanca, quien se quitó el sombrero y saludó reverentemente a Tutu y a su madre.
El incidente causó tal impresión en el pequeño Tutu que decidió ser sacerdote y comprendió que la religión podía ser un arma poderosa en defensa de la igualdad. Desmond Tutu se convertiría en el primer sudafricano negro en ser ordenado arzobispo anglicano.
Este tipo de milagros no son guiones de películas; suceden cuando uno respira la esencia de la religión por cada poro de su piel. Con un gesto basta, con una oportunidad mínima que se presente para mostrar un principio más elevado, basta. Cuando uno ama a Dios y vive a la altura de las verdades de su Palabra, sobran las palabras. Así es la influencia para el bien que puede ejercer una persona convertida; la influencia que, lamentablemente, Gandhi y muchas otras personas no han podido recibir. Así de eficaz es el poder del ejemplo.
¿Nos detenemos a pensar de vez en cuando en la importancia de dar ejemplo para el bien? El mismo Jesús nos dice: “Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho” (Juan 13:15). Si seguimos su ejemplo, otras personas caerán a los pies de Jesús y encontrarán en él la salvación. Vivamos una religión transparente y auténtica que despierte en los demás interés por conocer al Dios que nosotras conocemos.

“Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho” (Juan 13: 15).

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
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