“Mira, yo enviaré mi ángel delante de ti, para que te cuide en el camino” (Éxodo 23:20).
En enero de 1843, con apenas veintidós años, james White salió en medio del crudo invierno para predicar el evangelio en una región donde no se conocía el mensaje del regreso de Cristo. Sin dinero ni ropa apropiada, este valiente jovencito recorrió ciento sesenta kilómetros a caballo hasta llegar al lugar donde impartiría su campaña de evangelización. Cuando llegó a su destino, de inmediato comenzó a prepararlo todo para dar inicio a su labor.
Cierta noche, una turba rodeó la capilla donde se estaban celebrando las reuniones y, cuando James inició la predicación, comenzaron a lanzarle bolas de nieve. Su Biblia y su ropa quedaron empapadas, pero el humilde siervo de Dios continuó con su sermón ignorando la actitud de aquellos incrédulos. Momentos después, la multitud quedó atrapada por su poderoso mensaje: “Alguien me arrojó este clavo anoche. Deseo que Dios lo perdone. Anhelo que esa persona sea tan feliz como lo soy yo en este momento. ¿Por qué habría de tener resentimientos por este insulto cuando mi Maestro recibió un clavo como este en sus manos?” Con lágrimas en los ojos, exhortó a los pecadores a entregar su vida a Cristo, y más de cien personas aceptaron el llamamiento del Señor aquella gélida noche.
Cuando concluyó la reunión, alguien lo tomó de la mano y lo guio mientras atravesaba la muchedumbre. James no sabía quién era su acompañante, pero le parecía alguien familiar. Everett Dick dice en su libro Fundadores del mensaje que tan pronto James hubo dejado atrás aquella turba “echó de menos a su compañero, y nunca descubrió la identidad de este protector enviado del cielo” (p. 110).
¿Quién crees que estuvo allí cuando la multitud enardecida ridiculizaba tanto al mensaje como al mensajero? Dios estuvo a su lado y envió a un ángel para que fuera el guardaespaldas de su esforzado discípulo. “El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen” (Salmo 34:7, NVI). ¡Tú también tienes un ángel guardián que ha vigilado tus pasos y que te ha librado de muchos peligros! Aunque no lo veas, tu ángel te cuidará, como dice la etiqueta de hoy.
Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco
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