¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero solo uno obtiene el premio? Corran… de tal modo que lo obtengan (1 Corintios 9:24, NVI).
-De acuerdo, ¿quiénes se creen lo suficientemente buenos como para ganarme? -desafió el pastor Smith a un grupo de jóvenes. Se puso de pie al frente de la iglesia, rebotando una pelota de baloncesto.
Pique, rebote, pique. Las rodillas de Brian comenzaron a rebotar al compás con la pelota. Ese sonido era más de lo que podía soportar. Todo el mundo sabía que era el mejor jugador de básquet en la cancha. Brian se puso de pie, se quitó la chaqueta, y caminó de costado saliendo de su banco.
-Juguemos básquet -le dijo al pastor.
-De acuerdo, la primera pelota es tuya.
El pastor Smith le envió la pelota a Brian con un pique. Fue entonces cuando Brian se dio cuenta de que a la iglesia le faltaba algo muy importante para un juego de uno contra uno. No había un aro o red a la vista. Miró la gran sonrisa en el rostro del pastor quien extendía sus brazos con las palmas abiertas. Tímidamente, Brian le devolvió el balón.
-¿Hay alguno de ustedes que esté jugando a un juego sin ningún objetivo? -preguntó el pastor Smith mientras Brian se sentaba en el banco.
El grupo quedó en silencio.
Brian sabía que había hecho eso mismo en varias ocasiones. Entonces, el pastor preguntó: “¿Cómo se puede ganar el juego de la vida si no se tienen metas reales que alcanzar?”
¿Y AHORA?
Haz una lista de algunos objetivos que te gustaría alcanzar de aquí a cinco, diez o veinte años. Después de hacer la lista, ora y planea formas de alcanzar tus metas.
SPLASH:
Cuando el juego de baloncesto fue jugado por primera vez, los equipos tiraban la pelota dentro de cestas reales. En un determinado momento, los juegos se pusieron tan violentos que se crearon cercas alrededor de la cancha para mantener a salvo al público presente.
Tomado de Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler
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