Johnny habría sido un genio informático de no ser porque nació antes de que existieran las computadoras. Cuando sus tendencias a la genialidad necesitaron una salida, se enfocó en los teléfonos. En ese entonces, había teléfonos en las ciudades, pero no habían llegado a la pequeña comunidad donde él vivía, en Arkansas, en los Estados Unidos. No sé cómo este adolescente Obtuvo un teléfono, pero el caso es que lo obtuvo, y no tardó mucho en descubrir de qué manera funcionaba.
Entonces, pensó: ¿Por qué no crear mi propia compañía de teléfonos? Instaló cables en los cercos y por los árboles hasta los hogares de su pequeña comunidad agrícola. Cobraba cincuenta centavos al mes por brindar sus servicios. Era una multilínea, o sea que todos podían escuchar a todos los demás. La cantidad de timbres indicaba qué hogar estaba recibiendo una llamada.
Pero dirigir una compañía telefónica no era el único trabajo de Johnny. También tenía que ayudar a arar los campos de su familia. Era un terreno muy grande, y Johnny enganchaba una mula al arado y la seguía de un extremo del campo al otro. Pero, como dije, era un terreno muy grande, y la mula era lenta; increíblemente lenta. Johnny no soportaba tanta lentitud, así que tuvo una idea. Los antiguos teléfonos que usaba tenían un generador a manivela que producía el voltaje eléctrico necesario para llamar al teléfono receptor. Johnny agarró el generador y lo unió al arado. Entonces, tomó dos cables y los enrolló en la cola de la mula. Alineó el arado y gritó: «¡Vamos, Nellie!», mientras giraba la manivela del generador. Atónita por el golpe de electricidad que recibió, la mula salió al galope. Volaron trozos de tierra por los aires cuando pasó el arado. Esto es genial, pensó Johnny. No obstante, luego de ese rápido viaje por el terreno, Nelly nunca más aró para Johnny.
A veces, cuando no obtenemos lo que queremos, nos podemos sentir tentados a impacientarnos y buscar soluciones radicales que no se pueden sostener; y lo que es peor aún, otras veces optamos por decir palabras hirientes a amigos o a familiares. Ora para que no hagas nunca eso. Cuando hacemos daño con nuestros comentarios hirientes una vez, la gente deja de confiar en nosotros y se pone a la defensiva. No vale la pena perder amigos por apresurarnos a decir o hacer cosas que no solucionan nada a largo plazo. Kim
«El charlatán hiere con la lengua como con una espada, pero la lengua del sabio brinda alivio» (Prov. 12:18).
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES
“UNA IDEA GENIAL”
Por: Kim Peckham
Lecturas Devocionales para Adolescentes en 2020.
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