viernes, 3 de enero de 2020

SEÑOR, CAMBIA MIS ACTITUDES

«El que procura el bien, es bien favorecido; al que procura el mal, el mal le sobreviene» (Proverbios 11:27).

Uno de los grandes secretos para triunfar en la vida es la actitud. ¿En qué consiste? La actitud tiene que ver con la manera en la que enfrentamos las circunstancias que se nos presentan, es decir, la disposición del ánimo. En realidad, nuestra actitud determina el enfoque de nuestra vida, así como nuestra relación con los demás.
He conocido gente muy capaz e inteligente, pero con una pésima actitud, la cual echa a perder lo mejor de sus dones. De ahí que el talento no sea suficiente; es necesaria una buena actitud para enfrentar las adversidades y desafíos de la vida. Quienes tienen una actitud correcta, disfrutarán la vida y aprovecharán los espacios de felicidad que Dios les da, conscientes de que no todo el trayecto de su existencia será sencillo, pero con el mejor talante para superar los reveses.
Los seres humanos necesitamos cambiar de actitud respecto a Dios. Eso es lo que se conoce como «conversión». Muchas veces lo culpamos de nuestras desgracias y le atribuimos responsabilidades erróneas, incluso le reclamamos cuanta nimiedad se tropieza en nuestro camino. Pero cuando permitimos al cielo realizar el milagro de la conversión en nuestras vidas, se nos otorga un nuevo corazón —un cambio de actitud hacia Dios— que transforma nuestra cosmovisión. Ahora vemos las cosas desde otra perspectiva: Dios ya no es vengativo ni autoritario, sino un Ser amoroso que dio a su Hijo para salvarnos; las adversidades son oportunidades, las amarguras se pueden transformar en espacios para consolidar la esperanza.
Tú no necesitas que el mundo cambie para ser feliz. No puedes vivir a expensas de lo que otros decidan. Eso es tanto como cederles tu libertad. Lo que necesitas es un cambio de actitud. Disfrutar la vida radica en la manera en la que interpretas la realidad. Por eso eres tú quien debe cambiar. Y ese cambio únicamente Dios puede hacerlo, pero nunca lo hará sin tu permiso (Apocalipsis 3: 20). Invítalo hoy a cambiar tus actitudes, y no tanto a librarte de problemas. Seguramente habrá alguien que te hará una mueca o tratará de lastimarte, pero no logrará herir tus sentimientos sin tu autorización. Tu actitud puede convertir tus dificultades en bendiciones.
¿Crees que no lo lograrás? Aquí viene lo mejor: ¡Dios lo hará por ti! Déjalo entrar en tu corazón y repite con David: «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu» (Salmo 51: 10, NVI).

DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020
UNA NUEVA VERSIÓN DE TI
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2020

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