«Me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y si perezco, que perezca!» Ester 4:16.
Tú: ¡Qué bueno que se conecta, Su Majestad!
Ester: Sí, acabo de atender un asunto con el rey y me estoy tomando unos minutos de descanso.
Tú: Estuve viendo el concurso de Miss Universo. Me hizo recordar su historia.
Ester: Yo no deseaba participar en ese concurso, pero mi primo Mardoqueo me animó.
Tú: Pues a mí me parece que fue una excelente idea.
Ester: Es verdad. Así estuve en una posición estratégica para salvar a mi pueblo.
Tú: ¿Cómo fue que se animó ir a ver al rey? Era muy peligroso.
Ester: Es que yo tenía un compromiso moral. ¿Cómo iba a ser feliz en medio de tanta riqueza, sabiendo que mi pueblo estaba sentenciado a morir?
Tú: Además, según la historia, su primo Mardoqueo la animó a actuar, reconociendo que a lo mejor Dios la había puesto en ese lugar para que salvara a su pueblo.
Ester: No cabe duda de que así fue. Dios en su inmenso amor me colocó allí para interceder por mi pueblo. Yo me sentía comprometida a ayudarlo. ¿De qué me iba a servir todo el mundo si mi pueblo desaparecía?
Tú: Usted cumplió muy bien con su compromiso, y también se pudo salvar.
Ester: Gracias a Dios todo salió bien. Bueno, la conversación está muy interesante, pero tengo que seguir atendiendo los asuntos importantes del palacio.
Tú: Fue un privilegio que una reina se diera tiempo para charlar conmigo. ¡Saludos!
Ester: Pórtate bien.
Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez
Tú: ¡Qué bueno que se conecta, Su Majestad!
Ester: Sí, acabo de atender un asunto con el rey y me estoy tomando unos minutos de descanso.
Tú: Estuve viendo el concurso de Miss Universo. Me hizo recordar su historia.
Ester: Yo no deseaba participar en ese concurso, pero mi primo Mardoqueo me animó.
Tú: Pues a mí me parece que fue una excelente idea.
Ester: Es verdad. Así estuve en una posición estratégica para salvar a mi pueblo.
Tú: ¿Cómo fue que se animó ir a ver al rey? Era muy peligroso.
Ester: Es que yo tenía un compromiso moral. ¿Cómo iba a ser feliz en medio de tanta riqueza, sabiendo que mi pueblo estaba sentenciado a morir?
Tú: Además, según la historia, su primo Mardoqueo la animó a actuar, reconociendo que a lo mejor Dios la había puesto en ese lugar para que salvara a su pueblo.
Ester: No cabe duda de que así fue. Dios en su inmenso amor me colocó allí para interceder por mi pueblo. Yo me sentía comprometida a ayudarlo. ¿De qué me iba a servir todo el mundo si mi pueblo desaparecía?
Tú: Usted cumplió muy bien con su compromiso, y también se pudo salvar.
Ester: Gracias a Dios todo salió bien. Bueno, la conversación está muy interesante, pero tengo que seguir atendiendo los asuntos importantes del palacio.
Tú: Fue un privilegio que una reina se diera tiempo para charlar conmigo. ¡Saludos!
Ester: Pórtate bien.
Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez
que bonito esto hasta ahora lo leo, y me gustó, gracias
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