domingo, 30 de septiembre de 2012

MANTENTE ATENTO


«Pero Jesús les contestó: "Por la tarde dicen ustedes: 'Va a hacer buen tiempo, porque el cielo está rojo'; y por la mañana dicen: 'Hoy va a hacer mal tiempo, porque el cielo está rojo y nublado'. Pues si ustedes saben interpretar tan bien el aspecto del cielo, ¿cómo es que no saben interpretar las señales de estos tiempos?"» (Mateo 16:2,3).

¿Sabías que puedes predecir cómo estará el clima solo con mirar el cielo? Bueno, cuando el cielo está nublado y gris, es obvio que va a llover.  Pero, ¿sabías que si el cielo está rojo en la tarde, lo más probable es que esté despejado a la mañana siguiente? ¿Crees que Jesús estaba tratando de ser un pronosticador del tiempo en el versículo de hoy? Yo no lo creo. Él estaba dirigiéndose a algunos de los dirigentes de la iglesia. Les estaba diciendo que a pesar de que ellos podían predecir el clima viendo el cielo, no podían ver que él era el Salvador del mundo. Simplemente no podían ver las señales que así lo indicaban.
Hoy tenemos muchas más señales de los tiempos en que vivimos. La Biblia dice que cuando veamos guerras y rumores de guerras, terremotos y muchas catástrofes ocurriendo en el mundo, es porque Jesús está a punto de regresar. Mantente atento. Algún día, al ver el cielo, verás mucho más que simples nubes.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

PROMESAS PARA EL ENLUTADO


Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo? (Salmo 42:9).

Según el diccionario de la Real Academia, la palabra «enlutar» significa cubrirse de negro por la muerte de alguien como signo exterior de pena y duelo. Estar de luto implica oscurecerse, privarse de luz y claridad, entristecerse y afligirse. Al perder a un ser querido nos sumimos en un duelo y experimentamos el pesar por la pérdida de ese ser amado. Nuestra alma entonces se encierra en una mortaja de dolor y pareciera que la luz de la vida se apaga.
Perder a una persona que amamos nos llena de aflicción. Sin embargo, Dios desea librarnos del dolor y consolarnos. Él mismo conoció la pérdida y la muerte de su hijo, por eso tiene la capacidad para entendernos y restaurarnos, al mismo tiempo que borra nuestro dolor. Ese consuelo que nuestra alma necesita proviene de alguien que desea que nos gocemos en él, no durante un día, sino por siempre: «Alegraos con Jerusalén, gozaos con ella todos los que la amáis; llenaos de gozo con ella todos los que os enlutáis por ella» (Isa. 66:10).
Jerusalén representa simbólicamente la ciudad eterna de donde fueron tomados los judíos y llevados al destierro. Ellos se consolaban pensando en el día en que Dios habría de llevarlos de vuelta a su patria, a la amada Jerusalén. Dios era y es el único que puede disipar la tristeza del luto una vez que permitimos que nuestros pensamientos se espacien en su Palabra y se aferren a sus promesas. Podremos entonces decir, como el salmista: «En la multitud de mis pensamientos íntimos, tus consolaciones alegraban mi alma» (Sal. 94: 19).
Cuando estemos caminando en la sequedad del desierto del luto, no temamos, sino más bien aferrémonos a aquella preciosa promesa: «Jehová te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma y dará vigor a tus huesos. Serás como un huerto de riego, como un manantial de aguas, cuyas aguas nunca se agotan» (Isa. 58:11).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Lidia de Pastor

PERSEGUÍA SU PROPIA COLA


Los ricos se vuelven pobres, y sufren hambre, pero a los que buscan al Señor nunca les faltará ningún bien. Salmo 34:10

Cuenta una fábula que cierto día, un cachorrito se puso a perseguir afanosamente su propia cola sin éxito alguno, cuando en ese momento, un perro viejo lo vio.
—¿Por qué estás persiguiendo tu propia cola?
—He escuchado que la felicidad está en mi cola —respondió el perrito—. Así que la seguiré persiguiendo hasta alcanzarla.
—Hubo un tiempo en que yo también perseguía mi cola —contestó el perro viejo—, porque había escuchado eso de que la felicidad de un perro está en la cola.
 —¿Y lograste alcanzarla? —preguntó interesado el cachorrito. —Después de mucho perseguir mi cola —replicó el perro anciano—, descubrí que cuanto más intentaba alcanzarla, tanto más se alejaba de mí; pero cuando dejaba de perseguirla y me dedicaba a mis asuntos diarios, entonces ella me seguía a todas partes.
El autor del relato, Neal Becker, concluye diciendo que algo muy parecido sucede con nosotros los seres humanos: Mientras más nos afanamos por perseguir la felicidad, más nos esquiva. En cambio, cuando nos dedicamos a cumplir fielmente nuestros deberes diarios, la felicidad nos sigue a todas partes (Sigas of the Times [Señales de los tiempos], agosto de 2009, p. 64).
Mucha gente piensa que la felicidad tocará a su puerta cuando alguno de sus grandes sueños se haga realidad: «Ser el mejor jugador del equipo de fútbol», «Culminar mi carrera con honores», «Comprar un auto deportivo último modelo», «Vivir en una mansión frente al mar».
El problema de esos sueños es que la felicidad no es el producto de lo que hacemos o tenemos, sino de cómo vivimos; del fiel cumplimiento de nuestros deberes diarios. Elena G. de White resume muy bien este punto cuando escribe que la verdadera felicidad solo se encuentra en ser buenos, hacer lo bueno y el cumplir fielmente nuestros deberes (ver Mensajes para los jóvenes, p. 147).
¿Quieres ser feliz? Comparte lo que tienes. Sirve al prójimo. Ayuda a tus padres en las tareas de la casa. Sé buen amigo. Diles a tus seres queridos lo mucho que los amas. Sé agradecido. Esfuérzate en ser un buen estudiante. Coloca tu vida, tus planes, tus temores, en las manos de Dios, y todo lo demás vendrá por añadidura.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

«VANAS REPETICIONES»


«Y al orar no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis» (Mateo 6:7,8).

Cuando leo las oraciones de David, dos cosas me impresionan: (1) que expresa los sentimientos de su corazón, fueran los que fueran en aquel momento, y (2), aunque a veces sentía amargura y estaba enfadado con sus enemigos, no veía a Dios como parte de su problema, sino como parte de su solución. Sabía quién era su enemigo y que este no era Dios.
En ocasiones expresaba su frustración y su impaciencia: «¿Por qué estás lejos, Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación?» (Sal. 10:1). A veces expresa la desesperación: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?» (Sal. 22:1). O esta: «¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? ¿Hasta cuándo tendré conflictos en mi alma, con angustias en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí? Mira, respóndeme, Jehová, Dios mío; alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte» (Sal. 13: 1-3).
Cuando hablamos a Dios desde el corazón, no es necesario que la oración sea algo organizado, claramente expresado ni coherente. Podemos expresarle libremente nuestros deseos y necesidades más íntimos. Podemos compartir nuestros pensamientos más profundos, incluso si son intolerables o inadmisibles.
Sería bueno que empezáramos las oraciones con agradecimiento y alabanza a Dios. En la vida puede llegar un momento en que el dolor y el pesar son tan grandes que se pierdan las ganas de orar. Es posible que el corazón esté tan quebrantado que las oraciones, al menos a corto plazo, no parezcan traer consuelo. Empezar a orar recordando y enumerando las maneras en que en el pasado Dios estuvo con nosotros a menudo puede aliviar esa sensación. El apóstol Pedro nos dice que debemos echar toda nuestra ansiedad sobre él (ver 1 Ped. 5:7). El versículo 22 del Salmo 55 nos exhorta a depositar nuestra carga en el Señor y promete que, al hacerlo, él nos sostendrá.
A Dios podemos decirle cómo nos sentimos exactamente. A diferencia de nosotros, él no se enoja, no se amarga ni se desalienta. Es el mismo ayer, hoy y siempre (ver Heb. 13:8).  Basado en Lucas 18:1-8

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

LIBÉRATE DE LO QUE TE DETIENE PARA AMAR


Levántate amada mía, hermosa mía, y ven conmigo. Paloma mía, en las grietas de la peña, en lo secreto de senda escarpada, déjame ver tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y precioso tu semblante (Cantar de los Cantares 2:13-14).

Una vez más, puedes elegir lo que atesoras. Tus preferencias no vienen programadas de nacimiento ni estás destinado a actuar de acuerdo con ellas. Si eres irritable, es porque decides serlo. Si no puedes funcionar sin una casa limpia, es porque has decidido que no puedes hacerlo de ninguna otra manera. Si fastidias a tu pareja más de lo que la elogias, es porque has permitido que tu corazón sea egoísta. Te has dejado llevar por la crítica.
Así que ya es hora de sacar tu corazón de allí. Es hora de aprender a deleitarte en tu cónyuge una vez más, y podrás observar cómo tu corazón comienza a disfrutar de su persona. Quizá te sorprenda descubrir que la Biblia tiene muchas historias de amor romántico, y ninguna es tan evidente ni provocativa como la que aparece en los ocho capítulos del Cantar de los Cantares. Escucha cómo estos dos amantes se deleitan mutuamente en este libro poético...
La esposa: "Como el manzano entre los árboles del bosque, así es mi amado entre los jóvenes. A su sombra placentera me he sentado, y su fruto es dulce a mi paladar. Él me ha traído a la sala del banquete, y su estandarte sobre mí es el amor" (Cantar de los Cantares 2:3-4).
El esposo: "Levántate amada mía, hermosa mía, y ven conmigo. Paloma mía, en las grietas de la peña, en lo secreto de senda escarpada, déjame ver tu semblante, déjame oír tu voz porque tu voz es dulce, y precioso tu semblante" (Cantar de los Cantares 2:13- 14).
¿Demasiado sensible? ¿Demasiado empalagoso? No para los que guían su corazón a deleitarse en la persona a quien aman... aun cuando se acabe lo nuevo, aun cuando ella use ruleros en la cabeza y él esté perdiendo el cabello. Es hora de recordar por qué te enamoraste una vez. Es hora de volver a reír; de volver a coquetear; de volver a soñar. Y de hacerlo con placer.
PÍDELE A DIOS EN ORACIÓN QUE TE DIGA POR DÓNDE DEBES EMPEZAR HOY. 36

Tomado del 50 días de Oración
Por Pr. Juan Caicedo Solís
Secretario Ministerial, Dir. Hogar y Familia
Unión Colombiana del Sur.

sábado, 29 de septiembre de 2012

LOS PEQUEÑOS DETALLES


«Pues la mente de este pueblo está entorpecida, tienen tapados los oídos y han cerrado sus ojos» (Mateo 13: 15).

¿Alguna vez has tratado de caminar con los ojos cerrados? No es una buena idea, especialmente si estás caminando por un camino montañoso. ¿Qué ocurre cuando cierras tus ojos? ¿Ves algo? ¿Ves luz? Lo que realmente ves es la parte de adentro de tus párpados. Los párpados son realmente asombrosos.  Ellos son los que apagan las luces cuando vas a dormir.  Ellos humectan tus ojos para mantenerlos limpios de polvo. Ellos incluso protegen tus globos oculares si algo está por aterrizar en ellos.
Dios pensó en todos los detalles, ¿no es así? Si nosotros hubiéramos sido los creadores, tal vez habríamos estado tan emocionados haciendo los ojos que habríamos olvidado hacer algo para protegerlos. Esto solo me indica una cosa: lo detallista que es Dios con todas las cosas, por muy pequeñas que sean.
Dios quiere que te deshagas de todas esas pequeñas cosas en tu vida que evitan que lo ames completamente, y quiere ocuparse de aquellas que necesitan atención. Como puedes ven a pesar de que nuestro Dios es grande y fuerte, también se ocupa de los pequeños detalles.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

UN CONTRASTE ENTRE EDIFICACIONES


Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. (Salmo 127:1).

Un día fui a visitar un lugar especial ubicado en Silang, un pueblo cercano a la Universidad Adventista de Filipinas. Me senté a la sombra de un árbol, esperando mi turno para ser atendida. Mientras esperaba, me puse a contemplar el entorno, sacando mi cuadernillo de anotaciones para redactar estas palabras que ahora lees.
Me fijé en que había dos edificios en construcción en las cercanías. Una casa o un edificio pueden construirse utilizando diversos materiales, de acuerdo con el lugar y los recursos disponibles. En aquella oportunidad podía ver dos métodos de construcción. En uno de ellos se utilizaban bloques de cemento y en el otro, madera.
Una de las edificaciones proveería un lugar para que los niños del sector pudieran recibir clases. La otra serviría para que el público hiciera sus compras. El contraste era bastante marcado. El edificio para la tienda era fuerte, hecho de bloques de cemento. Mientras tanto, la estructura de la escuelita era de madera y aparentaba ser más débil. Creo que en todo aquello había una enseñanza que desearía compartir contigo.
Mientras que una de las edificaciones podría parecer más débil en comparación con la otra creo que era precisamente la más fuerte. En unos meses llegaría a ser un centro donde se forjarían mentes y caracteres para la eternidad. En sus salones, los maestros hablarían de Dios y de su amor por la humanidad al dar a Jesús como rescate. La otra, con el tiempo, podría convertirse en un negocio diferente o cambiar de propietario. Pero esta pequeña escuelita, que recién se estaba edificando, permanecería en el tiempo, no solo en aquel lugar, sino en la mente y en el corazón de aquellos que pasaran por sus aulas.
Piensa por un instante en qué forma está siendo edificada tu vida. ¿Quién es el arquitecto y el constructor de la misma? Medita en lo que será necesario si deseas que perdure y que refleje el llamado del Dios a quien sirves. Padre, edifica mi vida para la eternidad de forma que tú seas glorificado mediante ella. Suple todo aquello que me falla y santifícame por medio de tu Espíritu. Por Jesús, ¡amén!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Bileidys Angélica Chirinos

¡ADVERTENCIA!


Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto. Proverbios 3:5,6.

¿Cuál de los siguientes desafíos te parece que requirió de más fe de parte de los siguientes personajes bíblicos?
  1. Dios le pide a Noé que prepare las herramientas porque debe iniciar un proyecto de construcción: ¡Un barco en tierra seca!
  2. Dios le pide a Abram que abandone su tierra porque debe mudarse a un nuevo lugar. Destino: ¡Desconocido!
  3. Dios le pide a Josué que se prepare para atacar a Jericó. ¿Cuál es el plan de ataque? ¡Dar vueltas alrededor de las murallas de la ciudad!

No está fácil. ¿Imaginas lo que pensaron estos personajes bíblicos cuando recibieron esas órdenes? ¿Por qué Dios a veces hace cosas que no tienen sentido?  Mejor dicho: ¿Por qué hace cosas que no tienen sentido para nosotros? Porque Dios puede ver el cuadro completo, de principio a fin. Por eso dice: «Mis ideas no son como las de ustedes, y mi manera de actuar no es como la suya. Así como el cielo está por encima de la tierra, así también mis ideas y mi manera de actuar están por encima de las de ustedes» (Isa. 55:8,9).
Los planes de Dios no son los nuestros, pero él nos pide que seamos parte de ellos. Sabe que sus planes son para nuestro bien. Y también sabe que, al obedecerle, aunque a veces no entendamos el porqué, nuestra confianza en él aumentará. Por eso se atreve a pedirnos lo que dice nuestro texto para hoy.
  1. Él quiere que confíes en él. Que pongas en sus manos tus planes, tus dudas, tus anhelos, tus sueños, tus temores.
  2. Él desea que lo hagas de todo corazón, no a medias.
  3. Él te previene para que cuando tengas que tomar las decisiones más importantes de la vida, no dependas de tu propia inteligencia, sino que lo tengas en cuenta.

¿Te atreverías a poner en práctica este plan, a partir de hoy mismo?
Eso sí, una advertencia: Recuerda que lo que Dios hace, no siempre tiene sentido (para nosotros, claro está, porque para él ¡sí lo tiene!).
Padre celestial, ayúdame a obedecer tus mandatos, aunque a veces parezca que no tienen ningún sentido.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

EL PROTOCOLO DE LA ORACIÓN


«¡Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Jehová, roca mía y redentor mío!» (Salmo 19:14).

Trabajé con adra (Agencia Adventista para el Desarrollo y Recursos Asistenciales) durante doce años. ADRA trabaja en estrecha colaboración con los gobiernos locales con el fin de aliviar el sufrimiento de sus poblaciones más vulnerables y para desarrollar programas a largo plazo que mejoren su salud y bienestar general. Durante esos años tuve la oportunidad de viajar a muchos países del mundo y de relacionarme con líderes gubernamentales y personas con capacidad de decisión.
En varias ocasiones he declarado ante comités de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos a favor de la labor realizada por las agencias internacionales de voluntariado. En las ocasiones importantes es raro que quien habla lo haga de manera espontánea. Se tiende a leer una declaración previamente escrita. Me despertó el interés descubrir que, de hecho, si todavía no se ha incorporado a las actas definitivas de las sesiones, está permitido modificar una declaración ya presentada ante los miembros del comité.
Para trabajar en las altas esferas de gobierno es preciso seguir un cierto protocolo. Un protocolo es una ceremonia o una formalidad preestablecida que es preciso seguir en una situación específica.
¿Qué tiene esto que ver con la oración? Hay quienes, por una razón u otra, han llegado a creer que para orar es preciso seguir un determinado protocolo; y no solo eso, sino también usar un lenguaje específico acompañado de un tono de voz concreto. No es raro que algunos se dirijan a Dios de una manera que podría ser definida como lenguaje religioso diplomático.
Cuando oran, además de cambiar su lenguaje, modifican la voz y los gestos. Cuando hablan con sus amigos se muestran distendidos y relajados; pero cuando oran se muestran rígidos, incluso nerviosos y en guardia con respecto a lo que dicen y cómo lo dicen.
Si bien el protocolo y la diplomacia son importantes en las relaciones entre las naciones, para hablar con Dios la corrección política forzada es innecesaria.   Los Salmos de David (en realidad, sus oraciones) proceden del corazón. Al leerlos, uno no tiene que llamar al departamento jurídico para entender lo que quería decir. David era un poeta y sus oraciones reflejan su don; sin embargo, en la poesía se escuchan los sentimientos de su corazón.
Dios también lee su corazón. Basado en Lucas 18:1-8

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

EL AMOR SE DELEITA


Goza de la vida con la mujer que amas todos los días de tu vida fugaz (Eclesiastés 9:9, NBIH),

Una de las cuestiones más importantes que deberías aprender en este viaje que el amor te desafía, que no puedes simplemente seguir tu corazón. Debes guiarlo por principios. No debes permitir que tus sentimientos y emociones te conduzcan. Debes colocarlos en el asiento trasero y decirles adonde irás.
En tu relación matrimonial, no siempre tendrás deseos de amar. Es poco realista esperar que tu corazón se estremezca al pensar en pasar cada momento con tu cónyuge. Nadie puede mantener un deseo ardiente de unión que depende solo de los sentimientos; pero también es difícil amar a alguien sólo por obligación.
Un recién casado se deleita en la persona que ahora es su cónyuge. Su amor es fresco y joven, y en el corazón persisten esperanzas de un futuro romántico. Sin embargo, hay algo que tiene el mismo poder que ese amor fresco y nuevo. Viene de la decisión de deleitarte en tu cónyuge y de amarlo sin importar cuánto tiempo hayas estado casado. En otras palabras, el amor que decide amar tiene el mismo poder que el amor que tiene deseos de amar En muchos aspectos, es un amor más verdadero porque tiene los ojos bien abiertos.
Si depende de nosotros, siempre nos inclinaremos a desaprobar al otro. Ella te crispará los nervios. Él te sacará de quicio. Tengamos en cuenta que nuestros días son demasiado cortos como para gastarlos discutiendo por nimiedades. La vida es demasiado fugaz.
En cambio, es hora de guiar tu corazón una vez más a que se deleite en tu cónyuge. Disfruta de tu cónyuge. Toma la mano de tu esposa y busca su compañía. Recuerda por qué te enamoraste de su personalidad. Acepta a esta persona (con sus peculiaridades y todo) y vuelve a recibirla con los brazos abiertos en tu corazón.
Reflexión: A PARTIR DE HOY ME DELEITARÉ EN EL AMOR HACIA MI CÓNYUGE.
ORA A DIOS PARA QUE TU CORAZÓN SE ENTERNEZCA EN TU GRACIA Y PROVEA LA FORMA DE RECONSTRUIR TU RELACIÓN.


Tomado del 50 días de Oración
Por Pr. Juan Caicedo Solís
Secretario Ministerial, Dir. Hogar y Familia
Unión Colombiana del Sur.

viernes, 28 de septiembre de 2012

NO TE COMPORTES COMO UNA ARDILLA


«Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron» (Mateo 13:4).

Si caminaras por el patio interior de mi casa verías un comedero para pájaros colgado en un poste junto al pórtico. Siempre lo tengo lleno de semillas porque a los pajaritos les encantan. Como dice el versículo de hoy, las semillas son uno de los alimentos favoritos de los pájaros. Pero no solo a los pájaros les gustan.
Mi jardín está plagado de ardillas, y a veces se ponen un poco fastidiosas. Se la pasan saltando desde un árbol grande que hay en el jardín hasta el techo de la casa. Desde allí caminan con cuidado hasta el poste en el que puse el comedero para pájaros y se balancean como caminando por la cuerda floja hasta llegar a este. Luego se cuelgan de cabeza y se roban las semillas que puse para los pájaros.
Satanás también quiere robarte. Él quiere robarte tu tiempo libre. Quiere mantenerte demasiado ocupado con las cosas de la vida de manera que no te quede tiempo para Dios. No permitas que lo haga. No dejes que Satanás actúe como una ardilla contigo. Dile que tú vas a dedicarle tiempo a Dios cada día.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

PEDIR DE MANERA ADECUADA


Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. (Romanos 8:26).

Siempre me ha llamado la atención este texto. Anteriormente yo creía que debía redactar bien mis oraciones a Dios, pero el problema era que no prestaba atención al contexto.
«Pedir» es un verbo que significa «suplicar» o «implorar». La acción de pedir implica que alguien espera recibir. Pedir es un acto sencillo que realizamos a diario. Podemos decirles a nuestros hijos o esposo, a una amiga o a un empleado que hagan algo por nosotras en un momento determinado. Esa acción en sí misma requerirá que quien atiende a la petición ejecute un acto para que alguien sea beneficiado.
En Romanos 8: 24-27 leemos: «Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; ya que lo que alguno ve, ¿para qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Pero el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos».
Pedir parecería ser algo sencillo, pero únicamente Dios sabe lo que en realidad necesitamos. Desde el momento en que nuestra vida se inicia, hasta el día en que Dios nos llame al descanso o nos permita ver a Jesús, todo un proceso se lleva a cabo. El mismo es realizado por el Espíritu, quien de muchas maneras nos ayuda en nuestras debilidades y aún más, intercede por nosotras con gemidos indecibles. ¿Qué más podríamos desear si Dios, a lo largo de nuestras vidas, está pendiente de nosotras? Él conoce todo lo que necesitamos. No desconfiemos. Dejemos que haga su obra en nosotras.
Señor, ayúdame y enséñame a confiar en ti, entendiendo que hacer tu voluntad ha de ser mi delicia.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Bileidys Angélica Chirinos 

CUESTIÓN DE PRIORIDADES


Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. Mateo 6:33

¿Qué responderías si te preguntaran cuáles son tus prioridades en la vida? Otra pregunta: ¿Qué hiciste para dar el primer lugar en tu vida a lo que es realmente importante? Cuando de prioridades se trata, la siguiente ilustración de Stephrn Covey te puede ayudar.
Imagina una mesa sobre la cual hay una cubeta parcialmente llena de piedras pequeñas. Estas piedrecillas representan las cosas que no son importantes en tu vida. Sobre la mesa hay también varias piedras grandes, que representan las cosas que si son muy valiosas para ti. Se te pide entonces que intentes meter dentro del cubo tantas piedras grandes como sea posible. ¿Cuántas podrías meter siendo que el cubo ya está parcialmente ocupado por las piedrecillas? ¿Tres? ¿Cuatro? El caso es que podrías introducir muy pocas.
Supongamos ahora que sacas de la cubeta las piedrecillas y comienzas a llenarla con las piedras grandes primero. Ahora ya no son tres o cuatro las que logras meter. Colocas una tras otra, y otra, y otra... hasta que, increíblemente, logras meter todas las piedras.
No obstante, el experimento no termina allí. Tomas ahora las piedrecillas y las colocas en el cubo donde ya están las piedras grandes. ¿Qué observas? Las piedrecillas entran al cubo por los espacios que separan las piedras grandes, hasta que ya no hay espacio para una más. Ahora el cubo está lleno (The Seven Habits of Highly Effective Families [Los siete hábitos de las familias muy efectivas], pp. 160, 161).
¿Cuál es la lección? Si las piedras grandes no entran primero, difícilmente entrarán después. Es decir, organiza tu tiempo de manera que las cosas más valiosas reciban la mayor atención. Después que esas prioridades estén bien atendidas, dedícate entonces a las de menor importancia. Si alguna de estas pequeñeces queda sin atender, no será mucho lo que se perderá. En cambio, si las «grandes piedras» (Dios, la familia, la salud, los estudios...) quedan fuera de tu vida, sufrirás una pérdida incalculable. De las cosas que de verdad cuentan para ti, ¿qué está dentro de la «cubeta» y qué está fuera?  Hoy tienes la preciosa oportunidad de dar a cada aspecto de tu vida la importancia que realmente se merece. Solo tú puedes decidir qué quedará dentro y qué quedará fuera.
Dios mío, concédeme sabiduría al organizar mis prioridades de manera que lo importante para ti también lo sea para mí.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

PEDIR, BUSCAR, LLAMAR


«Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá» (Mateo 7:8).

En Mateo 7:11 Jesús hizo una pregunta retórica. Después de haber recordado a sus oyentes que, aunque eran padres imperfectos, sabían dar cosas buenas a sus hijos, les dijo: «¿Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?». Dos palabras a tener en cuenta en este texto son «buenas cosas»
En esta vida, nuestros padres y nuestras madres nos han dado regalos. Nos encanta dar regalos a nuestros hijos y nietos, pero a veces tales regalos no son buenos. En cambio, los regalos de nuestro Padre celestial siempre son buenos. En Santiago 1:17 se dice: «Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación». Nuestra satisfacción y nuestro agradecimiento serían más completos si recordásemos que nuestro Padre celestial solo nos da buenas dádivas.
Además de hacer que el sol brille sobre justos e injustos, Dios es el responsable de que el corazón humano lata 2,500 millones de veces a lo largo de la vida, bombeando casi un millón de litros de sangre que circula por una red de vasos sanguíneos de más de 160,000 km de longitud. Él es quien hace que, de una diminuta semilla, nazca una planta que luego dará una zanahoria, la cual, tras el proceso de digestión, se transformará en compuestos químicos que dan sustento a la vida. Son cosas que no es preciso que hagamos, pero por las cuales debemos estar agradecidos.
Por tanto, sabiendo que nuestro Padre Dios solo tiene interés en darnos buenas dádivas, a nosotros nos corresponde apartar nuestras oraciones de aquello que pensáramos que es bueno para nosotros y centrarlas en lo que Dios sabe que nos conviene. Aunque no siempre podremos saber los detalles concretos, es posible descubrir su voluntad mediante el estudio de su Palabra. La Biblia nos dice que su voluntad es que seamos como Jesús y que él nos ayudará a lograr ese objetivo. ¿Qué mejor regalo se puede pedir?
La conclusión es que la oración no es decirle a Dios algo que él ya sabe, sino que él nos pide que oremos para que podamos ser capaces de recibir lo que él quiere darnos. A medida que la vida espiritual crezca y se desarrolle, nuestras perspectivas madurarán y serán cada vez más parecidas a las de nuestro Padre celestial; hasta el punto de que su deseo y el nuestro serán idénticos.  Basado en Lucas 18:1-8.

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

CONTROLA SUS EMOCIONES


“Que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira" (Santiago 1:19).

Puntos para tener en cuenta:
1. Cuando las emociones se alteran es sabio tomarse un descanso si el conflicto alcanza un nivel peligroso. 
2. Nunca tocar al otro para hacerle daño, solo para acariciarlo o librarlo del peligro. 
3. Nunca nos iremos a dormir enojados. 
4. El fracaso no es una opción. Pase lo que pase, proponte resolverlo. Los límites personales son reglas que se deben practicar por cuenta de cada cónyuge. 

Aquí tienes algunos de los ejemplos más efectivos:
A). Escuchar antes de hablar. "Que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira" (Santiago 1:19). 
B). Abordar los propios problemas con franqueza sin involucrar al otro. "¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?" (Mateo 7:3). 3. 
C). Hablar con dulzura y no levantar la voz. "La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira" (Proverbios 15:1). 
D). Pelear limpio significa cambiar de armas; disentir con dignidad. Como resultado se debería tender un puente de conciliación en lugar de quemarlo. 
E). Recuerda, el amor no es una pelea, sino que siempre vale la pena pelear por él.
F). Marca el problema, no a la persona. 
G). Los insultos y la violencia son las herramientas de quien no tiene argumento. 
H). Nunca golpee al más débil, eso es cobardía.

El desafío de hoy
Habla con tu cónyuge para establecer reglas de juego saludables. Si no estás listo para esto, entonces anota tus propias reglas personales para respetar durante las discusiones. Decide cumplirlas cuando vuelva a surgir un desacuerdo.

PÍDELE A DIOS QUE TE AYUDE A CONTROLAR TUS EMOCIONES.

Tomado del 50 días de Oración
Por Pr. Juan Caicedo Solís
Secretario Ministerial, Dir. Hogar y Familia
Unión Colombiana del Sur.

jueves, 27 de septiembre de 2012

ALGO BUENO POR LO CUAL TRINAR


«No tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones» (Mateo 10:31, NVI).

Una de las cosas que más he disfrutado en nuestras aventuras diarias es el trinar de los pájaros. Ellos están por todas partes, y de verdad alegran el ambiente. Hemos hablado de muchas clases de aves, pero los gorriones son los que más hemos visto. De hecho, Jesús habló más de una vez de ellos.  En Mateo 10:29, apenas dos versículos antes del versículo de hoy, Jesús dice que a él le importa si tan solo uno de ellos cae al suelo. A pesar de que a algunas personas no les interesan mucho los gorriones porque abundan, Jesús se interesa por cada uno de ellos de manera individual.
El versículo de hoy nos dice que nosotros valemos «más que muchos gorriones». Dios nos ama demasiado, pues nos hizo a su imagen. Él nos hizo para que lo adoráramos y lo amáramos. Realmente somos sus favoritos. Cuando estés en problemas, cuando pareciera que todo está en tu contra y te sientas triste, recuerda que vales más que muchos pájaros para el Creador del universo. ¡Eso es algo bueno por lo cual trinar!

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

EL AMOR DE CRISTO EN ACCIÓN


Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús. (Filipenses 2:5).

No podremos conducir a los incrédulos al Señor eficazmente si no tenemos el amor de Cristo en nuestras vidas. Ese amor es lo único que realmente nos moverá, nos hará perdonar y aceptar a los demás sin reservas. Nuestro Señor dijo que en los últimos días el amor se enfriaría por causa de la maldad. Algunos afirman que aman a Dios y que le sirven, pero no se interesan en el dolor ajeno. Recordemos que ayudar al necesitado, al afligido y al menesteroso es la manera de mostrar que el calor del amor de Dios bombea en nuestro corazón.
Tal vez nuestro amor se ha enfriado porque algunas personas mienten y se aprovechan de quienes tienen buen corazón. Pero la orden recibida es que ayudemos y sirvamos a los demás, el resto queda en manos del Señor.
«Todo descuido de los necesitados y afligidos es un descuido del deber hacia Cristo en la persona de sus santos. Cuando Dios repase el caso de cada uno, su pregunta será ¿Qué han hecho? ¿Han sido obradores de la palabra?  ¿Han vivido para sí mismos? ¿O bien realizaron obras de benevolencia, de bondad y amor, prefiriendo a los otros antes que a sí mismos, y negándose a sí mismos para ayudar a los demás?
»Nuestra fortaleza y bendición espirituales estarán en proporción con el trabajo hecho con amor y con las buenas obras realizadas. El apóstol ordena: "Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo" (Gal. 6:2). El cumplimiento de los mandamientos de Dios requiere de nosotros buenas obras, abnegación, sacrificio y dedicación al bienestar de los demás; pero esto no significa que solamente nuestras buenas obras nos salvarán, sino que ciertamente no podremos salvarnos sin buenas obras.
»La simpatía y el tierno interés por otros proporcionarán a nuestra alma bendiciones que no hemos experimentado, y nos pondrán en estrecha relación con nuestro Redentor» (A fin de conocerle, p. 332).
Haznos, Señor, un instrumento para ayudar al necesitado, al desvalido, al desamparado.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Fanny Narváez de Vargas

A PRUEBA DE TORMENTAS


Todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.  Mateo 7:24, NVI

Tomemos nuestro versículo para hoy y coloquemos a su lado la siguiente cita: «¡Ojalá comprenda cada uno que es el árbitro de su propio destino! En ustedes yace la felicidad para esta vida y para la vida futura e inmortal» (Mensajes para los jóvenes, p. 23). ¿Qué obtenemos? Tres verdades que bien vale la pena conocer y aplicar en la obra más importante de nuestra vida: la edificación del carácter.
La primera verdad que salta a la vista es que tú eres el constructor de tu carácter. Otros te podrán asesorar al construir, pero al final tú serás el responsable de la edificación. Tú escogerás la calidad del material que se usará en la construcción: puedes elegir materiales de segunda (malas decisiones, cultivo de malos hábitos, rodearte de malos amigos, etc.), o de primera.
La segunda gran verdad es que la casa tendrá que enfrentar tormentas. No importa qué sitio escojas para construir, puedes estar seguro de que será severamente probada. Lo que esto significa es que tendrás que enfrentar pruebas, pero no tienes que asombrarte ni asustarte porque sin pruebas, sin desafíos, no podrás desarrollarte.
La tercera verdad es que tú decides el tipo de fundamento. Esta es la parte crucial de la edificación, porque de nada te servirá planificar con el mayor cuidado y construir con los mejores materiales si al final te equivocas en el tipo de fundamento que sostendrá el edificio.
¿Cuántas opciones hay en esto de decidir el tipo de fundamento? Solo dos: construir sobre la roca o sobre la arena. Sobre la roca edifican quienes ponen su confianza en el Señor Jesucristo, la Roca de los siglos. Estos son los prudentes. Sobre la arena edifican quienes ponen su confianza en los ídolos de este mundo: las riquezas, los placeres y la fama, entre otros. A estos, el Señor los llamó tontos, o insensatos. ¿Sobre qué bases se está levantando el edificio de tu carácter?
Padre amado, hoy quiero edificar sobre la Roca de los siglos, Cristo el Señor. 

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

VUESTRO PADRE SABE


«Dios, tú conoces mi insensatez, y mis pecados no te son ocultos» (Salmo 69:5).

Recuerdo cuando, de regreso del hospital, trajimos a casa a nuestro primer bebé. En aquella época, la madre y el bebé permanecían ingresados aproximadamente durante una semana. Para la madre era un descanso agradable, pero para el padre la espera era interminable. En la actualidad, es común que madre e hijo vayan a casa al día siguiente del parto.
Una vez que el bebé estuvo en casa, comenzó el juego de adivinanzas. ¿Qué hay que hacer? ¿Qué necesita? ¿Por qué llora? ¿Le duele algo? ¿Qué significa esta erupción? ¿El bebé comió lo suficiente? ¿Acaso comió demasiado? ¿Hay que acudir corriendo cada vez que el bebé llora? ¿Tiene que comer cada tres horas o según demanda? ¿No hay problema en que el bebé se chupe el dedo? ¿A qué edad tiene que empezar a comer cereales? ¡Demasiadas preguntas! 
Tratamos de hacerlo lo mejor que pudimos y darle al bebé todo lo que necesitaba aunque no queríamos consentirla. Al cabo de un tiempo, empezó a bastarnos el tono del llanto o su aspecto para reconocer qué necesitaba la niña. Cuando acertábamos, todo iba de maravilla (y sin llantos). Pero cuando nos equivocábamos, todo el edificio se enteraba.
Si Dios, que es nuestro Padre celestial, sabe lo que necesitamos, ¿por qué tenemos que pedírselo? ¿No es eso una señal de falta de fe por nuestra parte?  Al contrario. En realidad, no orar indica una enorme falta de interés; peor aún, es rayano a la presunción.
La oración es comunicación con Dios. Tanto si estamos agradecidos por algo como si estamos preocupados, no expresarle nuestros sentimientos y nuestras necesidades indica que no valoramos la amistad de Dios. Es imposible mantener una relación con alguien con quien no nos comunicamos.
Adoptar un punto de vista fatalista y pensar que sucederá lo que tenga que suceder nos expulsa de la ecuación, de manera que no tendremos posibilidad de influir en el resultado.
Santiago 1:5,6 dice: «Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra». Pedir con fe significa que Creemos que Dios responderá nuestra oración en sus términos y en su momento.
A fin de cuentas, esa es la respuesta que querernos...  Basado en Lucas 18:1-8

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

EL AMOR PELEA LIMPIO


Defiende tu causa ante tu prójimo, y no descubras el secreto del otro (Proverbios 25:9).

Es probable que el daño más profundo y desgarrador que puedas hacerle (o que le hayas hecho) a tu matrimonio ocurra en pleno conflicto, porque es el momento en el cual tu orgullo es más fuerte. Estás más enojado que nunca. Eres más egoísta y sentencioso que nunca. Tus palabras contienen más veneno que nunca. Tomas las peores decisiones. Si el conflicto desenfrenado toma el control y ninguno de los dos pone el pie en el freno, un matrimonio puede estar bien el lunes y comenzar a venirse abajo el martes.
Sin embargo, el amor interviene y cambia las cosas. Te recuerda que tu matrimonio es demasiado valioso como para permitir que se autodestruya, y que el amor por tu cónyuge es más importante que cualquier asunto por el que estén peleando. El amor te ayuda a instalar bolsas de aire y montar barreras de protección en tu relación. Te recuerda que en verdad se puede revertir el conflicto para siempre. Las parejas casadas que aprenden a resolver sus diferencias suelen tener más unidad, más confianza, más intimidad y luego pueden disfrutar de una conexión mucho más profunda. Pero, ¿cómo? La manera más sabia es aprender a pelear limpio, estableciendo reglas de juego saludables. Si no tienen pautas para abordar cuestiones problemáticas, no respetarán los límites cuando se caldeen los ánimos.
En esencia, hay dos clases de límites para lidiar con el conflicto: los límites de pareja y los límites personales. Los límites de pareja son reglas que los dos acuerdan de antemano, reglas que se utilizan durante cualquier pelea o altercado. Si se violan estas reglas, cualquiera de los dos tiene derecho a hacerlas respetar, con delicadeza, pero de inmediato. Estas reglas podrían incluir:
1. Nunca mencionaremos el divorcio. 
2. No traeremos a colación temas del pasado y sin relación. 
3. Nunca pelearemos en público ni frente a nuestros hijos.

ORA A DIOS PARA TE AYUDE A CUMPLIR ESTE PROPÓSITO.

Tomado del 50 días de Oración
Por Pr. Juan Caicedo Solís
Secretario Ministerial, Dir. Hogar y Familia
Unión Colombiana del Sur.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

QUÉDATE CALLADO


«En cuanto Jesús expulsó al demonio, el mudo comenzó a hablar. La gente, admirada, decía: "¡Nunca se ha visto en Israel una cosa igual!"» (Mateo 9:33).

¡Cuánto hemos recorrido! Ya casi va a terminar septiembre. Verdaderamente he disfrutado nuestras aventuras diarias, y espero que tú también. Durante todo este tiempo hemos estado «hablando» a través de las palabras impresas en estas páginas, pero si de verdad estuviéramos caminando juntos estaríamos utilizando nuestras voces. Ahora, imagina por un momento cómo sería si no pudieras hablar.  Imagina que intentas hacerlo pero no sale ningún sonido de tu boca. Así estaba el hombre del versículo de hoy, completamente mudo.
No poder hablar sería difícil para la mayoría de nosotros que estamos acostumbrados a hacerlo.  Tendríamos que aprender a comunicarnos de otra manera. Pero la verdad es que a veces hablamos demasiado. La Biblia dice: «Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios» (Salmo 46:10, NVI). A veces necesitamos dejar de hablar un poco, quedarnos tranquilos, y permitir que Dios nos hable en medio del silencio.
Aparta unos minutos hoy para estar a solas con Dios en silencio. Mientras lo haces, escúchalo hablándote y aprende a conocerlo mejor

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

VELARÉ POR TI HASTA EL FIN


Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré. (Isaías 46:4).

Se dice que la edad madura se inicia en el momento en que una persona empieza a pensar en el tiempo que le queda para llevar a cabo las cosas que aún debe realizar. Por lo general las mujeres no nos despertamos cada mañana diciendo: «Muy bien, hoy soy mucho más vieja que ayer, por tanto debo terminar esto antes de que sea demasiado tarde». Pero al ir pasando los años, y al llegar con ellos las enfermedades y los achaques, poco a poco nos vamos sintiendo frágiles y dependientes.
El Señor puede usar tanto a las mujeres jóvenes como a las que ya tienen cierta edad. Una hermana de mayor edad podría actuar como consejera y maestra para ayudar a las más jóvenes. En vez de ceder a la tentación de mostrar una actitud quejumbrosa, apática, y malhumorada es conveniente que las madres y abuelas nos volquemos en amar a nuestros hijos y nietos. Bríndale cariño a tu cónyuge. Disfruta de su compañía si acaso los hijos se han ido y ya no hay apuros ni obligaciones. Si estás sola, disfruta de la gente que te ama y se preocupa por ti. Involúcrate en la actividad misionera, en la visitación a los enfermos; eso te hará sentir mucha satisfacción y te devolverá la alegría de vivir. Trata de ser una suegra como Noemí, una madre prudente como Abigail o una abuela paciente y cariñosa como Loida, la abuela de Timoteo.
A veces nos sentimos orgullosas de las cosas que hemos hecho en el pasado y nos echamos a descansar, en lugar de continuar buscando todo aquello que podemos hacer ahora, con las energías que nos quedan y la sabiduría y la experiencia acumuladas.
Pongamos a prueba la promesa de Dios, según la cual los que están «plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes, para anunciar que Jehová, mi fortaleza, es recto y que en él no hay injusticia» (Sal. 92:13-15).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por  Fanny Narváez  de Vargas

«NUNCA ME LO CONSULTASTE»


Su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan, antes que se lo pidan. Mateo 6:8.

«Señor, ¿por qué permitiste que mi sueño se derrumbara en forma tan miserable? ¿Por qué no me diste al menos una señal?» Quien así se expresa es Claudia, una joven recién egresada de la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas de una universidad privada. Su sueño consistía en comprar un apartamento tipo estudio para montar allí su agencia de publicidad. Pero ese sueño se evaporó cuando colocó su dinero en manos de un estafador. No sabemos qué respuesta le puede dar Dios a Claudia. Pero podemos imaginar que es la misma que quizás le daría a tantos otros: al joven que confió ciegamente en el amigo que lo traicionó; a la muchacha que muy tarde descubrió las verdaderas intenciones del don Juan que la enamoró. Esa respuesta es: «Tú nunca me lo consultaste».
Decidimos seguir adelante con nuestros propios proyectos sin consultar a Dios y, cuando fracasamos, se lo echamos en cara: «Señor, ¿por qué permitiste que su cediera esto?». Es muy sencillo: «Porque tú nunca me lo consultaste».
Esta realidad nos recuerda la experiencia del pueblo de Israel cuando fueron víctimas de los truculentos gabaonitas. Dice la Biblia que cierto día se presentaron ante Josué unos hombres que querían firmar una alianza con los israelitas. Alegaban provenir de tierras muy lejanas (ver Jos. 9). Y para demostrarlo, mostraron sus zapatos desgastados, sus ropas raídas y su pan mohoso. Habían oído que Dios destruiría a todas las naciones paganas que habitaban Palestina, y ellos no querían ser destruidos.
Josué los observó, les hizo algunas preguntas y, sin mucho protocolo, hizo pacto con ellos. Tres días después los israelitas descubrieron que los gabaonitas ¡vivían a la vuelta de la esquina! Los engañaron vilmente. Y todo porque no consultaron a Dios (Jos. 9: 14). Probable mente Josué y los líderes del pueblo razonaron que no valía la pena molestar a Dios por un asunto tan pequeño. Pero fue un error.
Si ahora mismo estás atravesando por alguna circunstancia que te está preocupando, oye esto: sea grande o pequeño, tu problema también preocupa a Dios. Por lo tanto, ¿por qué no llevarlo a él en oración? No pienses que importunas a Dios con tus problemas. Nada de lo que te afecta es insignificante o pequeño para él. ¿No es él, acaso, tu Padre celestial?
Padre mío, gracias porque te interesas en mis grandes problemas, y también en los pequeños.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

PÍDELE A DIOS PRIMERO


«Pedid, y se os dará, buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá» (Mateo 7:7).

A menudo, la oración no es más que un plan alternativo, una segunda posibilidad. Quizá oremos por alguna necesidad, pero tenemos a punto un plan B. La oración no tendría que ser el último recurso, como si se tratara de algo así como: «Cuando todo lo demás falla, ora».
Hace varios años, a un pariente nuestro le diagnosticaron un cáncer que, por fortuna, era operable. Aunque el resultado parecía posiblemente bueno, a nadie le gusta escuchar un diagnóstico así. Mi corazón está con cualquier familia que se enfrenta a una crisis parecida. Entiéndaseme bien, no criticaré ni elogiaré la vía que escojan para enfrentarse a ese enemigo. Sin embargo, permítame que le explique la opción que tomó mi familia.
Dos semanas antes de la operación, la familia se reunió en el salón y se arrodilló alrededor del enfermo. Se elevaron varias oraciones y cuando su frente fue ungida con el aceite, todos extendimos la mano hasta tocarlo, encomendando el resultado al Gran Médico.
Esto es una unción y se suele pedir cuando ya han fracasado todos los demás remedios. Algunos lo ven como una especie de rito final. Nuestra familia lo veía de manera distinta. Entendimos que teníamos que llevar el problema a Jesús antes que considerarlo como un último recurso. Damos gracias a Dios porque esta persona se recuperó. Permítame sugerirle que recuerde esto: Cuando le pedimos a Jesús que haga algo y él responde nuestras oraciones, antes que dar las gracias al médico o atribuir los méritos a algún medicamento milagroso, deberíamos darle las gracias a Dios. En su sentido más elevado, pedir es un acto de fe. Pedir es tener fe en Dios. Por supuesto, solo podremos pedir a alguien a quien amamos y en quien confiamos, porque le transferimos la elección a la persona a quien pedimos. Cuando adquirimos el hábito del regateo, de la negociación, de la manipulación o de la exigencia, pensamos que tenemos el control de la situación.
Después de que se haya dado el último estudio bíblico y se haya predicado el último sermón, recibiremos la salvación por medio de la oración, la petición, porque Jesús viene al corazón en respuesta a la misma. Por más que para nosotros la salvación que Jesús adquirió en la cruz sea gratuita, si no la pedimos, no será nuestra. Pídale a Dios en primer lugar.  Basado en Lucas 18:1-8.

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

EL AMOR PELEA LIMPIO


Si una casa esté dividida contra sí misma esa casa no podrá permanecer (Marcos 3:25).

Te guste o no, el conflicto en el matrimonio es sencillamente inevitable. Cuando se casaron, no solo unieron sus esperanzas y sus sueños, sino también sus heridas,, sus temores, sus imperfecciones y su bagaje emocional. Desde que desempacaron luego de la luna de miel, comenzaron el verdadero proceso de "desempacarse" mutuamente y de hacer el desagradable descubrí miento de cuan pecadores y egoístas pueden ser. En poco tiempo, tu pareja comenzó a deslizarse de tu elevado pedestal y tú del suyo. La intimidad forzosa del matrimonio comenzó a despojarte de tu fachada pública y a exponer tus problemas privados y tus hábitos secretos. Bienvenido a la humanidad caída.
Al mismo tiempo, la¡s tormentas de la vida comenzaron a probar y revelar de qué estabas hecho en verdad. Las demandas laborales, los problemas de salud, las discusiones con los suegros y las necesidades financieras estallaron con distinta intensidad, añadiendo presión y calor a la relación. Esto crea un marco para que aparezcan desacuerdos entre ustedes dos. Discutieron y pelearon. Se hirieron. Experimentaron conflictos. Tienen que saber que no están solos.
Todas las parejas atraviesan lo mismo. Es lo habitual. Sin embargo, no todas lo superan. Así que no creas que poner en práctica el desafío de hoy alejará todos los conflictos de tu matrimonio. En cambio, se trata de abordar el problemas de una manera tal que cuando lo atraviesen, su relación se vea enriquecida. Los dos. Juntos.
Reflexión: PROMETO DELANTE DE DIOS QUE A PARTIR DE HOY, SERÉ TRANSPARENTE Y LEAL A MI PAREJA EN TODO.

PÍDELE A DIOS QUE TE DÉ FUERZAS PARA HACER LAS COSAS QUE AUNQUE NO TE GUSTEN AYUDAN A LA RELACIÓN.

Tomado del 50 días de Oración
Por Pr. Juan Caicedo Solís
Secretario Ministerial, Dir. Hogar y Familia
Unión Colombiana del Sur.

martes, 25 de septiembre de 2012

TU ESPINA DORSAL


«Le dijo: "Señor, mi criado está en casa enfermo, paralizado y sufriendo"» (Mateo 8:6).

Ya llevamos bastante tiempo juntos en esta aventura, caminando y caminando. La mayoría de la gente se siente agotada tras haber caminado tanto como nosotros. ¿No te alegra estar tan cansado de tanto caminar? ¿Qué? ¿No lo entiendes? Hay gente que en esta vida no puede caminar. Fíjate en el siervo del versículo de hoy. Hay gente que está paralizada y no puede ni moverse. Esto ocurre cuando existe algún daño en la espina dorsal.
La espina dorsal baja por la columna vertebral, y a través de ella corren nervios que llevan la información que el cuerpo necesita para funcionar incluyendo la información que necesita para caminar.  Si tu espina dorsal está dañada, no podrás caminar.
La oración es como la espina dorsal por la que fluye información y amor de parte de nuestro Padre celestial hacia nosotros. Si hablamos con él diariamente en oración recibiremos todo lo que necesitamos para vivir nuestras vidas para él. No hagas nada que pueda dañar tu conexión con Jesús. Él te ama y quiere ayudarte a caminar para él cada día. Eso es algo que puedes hacer aunque estés en una silla de ruedas.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

EL QUE EDIFICA LA CASA



Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. (Salmo 127:1).

El primer deber de la mujer no es precisamente afanarse por el desayuno, preparar a los niños para la escuela o mantener limpia la casa; tampoco lo será predicar o hacer obra misionera.  Nuestro primer deber es buscar a Dios en las primeras horas del día.  Esto representa un verdadero desafío  para las que nos gusta dormir hasta tarde y que no somos tan disciplinadas.
¿Te sientes culpable por no levantarte temprano para tener tu devoción personal y porque intentas sin lograrlo?  Podrían ser varias razones por las que no alcanzas dicho objetivo, como haber pasado una mala noche o habernos acostado tarde por causa de unas visitas.
Querida hermana, te invito a intentarlo una vez más.  Pedirle al Señor que te ayude, ¿acaso no crees que no conoce tu problema, o que no sabe que has tenido un día pesado?  Dios es el que edifica la casa: tu vida le pertenece, los hijos que cuidas son de él, el esposo que tienes es su hijo.  Pon todo en sus divinas manos cada mañana, y te aseguro que será más fácil.
«Todo edificio construido sobre otro fundamento que no sea la palabra de Dios, caerá.  Aquel que, a semejanza de los judíos del tiempo de Cristo, edifican sobre el fundamento de ideas y opiniones humanas, de formalidades y ceremonias inventadas por los hombres o sobre cualesquiera obras que se puedan hacer independientemente de la gracia de Cristo, erige la estructura de su carácter sobre arena movediza.  Las tempestades violentas de la tentación barrerán el cimiento de arena y dejarán su casa reducida a escombros sobre las orillas del tiempo» (El discurso maestro de Jesucristo, p 126).
Padre, ayúdame a vivir hoy únicamente para ti.  Dame las fuerzas y el deseo para buscarte en las mañanas y para hacer tu voluntad.  Haz que entienda que todo lo que soy y tengo es tuyo, a ti te lo entrego ahora mismo.  En el nombre de Jesús, mi Señor, te lo pido.  Amén. 

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por  Fanny Narváez  de Vargas