viernes, 30 de septiembre de 2011

UN CANAL DE BENDICIÓN

La palabra de Dios es viva, eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos: penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12).

El texto de hoy nos presenta con gran claridad cuál es la función de las Sagradas Escrituras. Creo que lo más importante para nosotras es meditar en el efecto que causa sobre nuestras vidas este libro entre los libros. Mí que no demoremos más en preguntarnos cuanto antes qué frutos está produciendo la lectura de la Biblia en nosotras.
Al abrir la Biblia para estudiarla, inevitablemente asumimos una actitud frente a ella. Haciendo un paralelismo con la naturaleza, algunas de nosotras nos parecemos a las plantas angiospermas, cuyas semillas se encuentran encerradas dentro del fruto. Así, cuando leemos la verdad bíblica, encerramos su semilla en los frutos que hacemos por nosotras mismas, en las obras que creemos que tienen algún mérito. Pero también podemos parecemos a las gimnospermas, plantas cuyas semillas están desnudas. Así, una vez descubrimos el tesoro de la salvación, este produce frutos visibles y testificamos por ejemplo y por palabra.
Me llaman poderosamente la atención los cactus. Estas formidables plantas no solo permanecen vivas en medios completamente hostiles, sino que son capaces de almacenar agua para compartir con el cansado y sediento viajero. Sus flores no parecen verse afectadas por el clima y proporcionan un bellísimo espectáculo visual que destaca mucho en su habitat.
La Biblia nos muestra a Cristo, quien es el agua viva y eficaz. Aun cuando pasamos por el desierto y las circunstancias más desfavorables, podemos hallar refrescante agua junto a Jesús. Pero también podemos compartirla con otros que necesitan de esa agua viva.
La Biblia, al igual que las algas, que pueden elaborar su propia comida, tiene respuesta para toda necesidad, es el único alimento completo para nuestra hambre. Para obtener su sustento, las algas necesitan energía solar, agua, un gas llamado dióxido de carbono y sales minerales. La Biblia proporciona todos los elementos necesarios para que estés bien alimentada. Solo necesitas estudiarla, vivirla y compartirla. Comienza hoy mismo y enseguida notarás el cambio que se operará en ti.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

RUEGOS EN LA ORACIÓN

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Romanos 8:26.

En esta última meditación sobre la oración deseo hablar contigo acerca de la intercesión del Espíritu Santo ante el Padre. Esto es lo que hace que tus ruegos sean escuchados y respondidos.
En estos seis mil años de pecado que la humanidad lleva sobres sus hombros, la brecha de separación entre Dios y el hombre ha sido cada vez más grande. El ser humano que se exhibe hoy como bueno, respetable y compasivo dista muchísimo de estar a la altura inmaculada y sublime del Creador. Tristemente, la huella profunda del pecado borró gran parte de la imagen divina que Dios había colocado en el hombre.
Todo lo que el ser humano realiza, incluso la oración, también ha sufrido la impronta pecaminosa. Entonces surge la pregunta: ¿Cómo debo orar para que la oración sea aceptada por Dios? ¿Qué se le debe pedir, y cómo hacerlo? Si el pecado ha producido hasta el presente una distancia terrible entre el hombre y su Creador, ¿cómo debemos expresarnos para llegar hasta su trono sublime? A estas preguntas, Pablo declara: "No lo sabemos", porque es imposible para el hombre expresarse con esa santidad que le falta por haber caído.
Pero lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. El Espíritu de verdad, el Consolador de Juan 16, realiza esta tarea irrealizable para el hombre e "intercede por nosotros con gemidos indecibles". Imagínate a un hombre que ora para que su esposa recupere la salud, piensa en un amigo que ora por otro para que se entregue a Cristo, visualiza a un hijo que ora para que su padre tenga trabajo. No es necesario expresarse perfectamente, porque el Espíritu Santo "intercede por nosotros" ante el Padre para que las plegarias sean oídas y respondidas.
Es común orar por las necesidades inmediatas de la vida. Es normal pedirle a Dios por la familia, por el estudio, por algún amigo o quizá por la persona que nos quita el aliento. Generalmente oramos por cosas perecederas que nos ayudan a vivir mejor en esta tierra. Pero, ¿por qué no orar para que el Espíritu Santo nos eleve en santidad? ¿Por qué no comenzar hoy a fijar la vista en las cosas invisibles, duraderas y santas, y desearlas para que sean parte de nuestra vida? El Espíritu Santo quiere ayudarte si tú se lo permites.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

ESPÍRITU SUPERIOR

Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino. Daniel 6:3.

Daniel caminó lentamente hasta la ventana de la casa, corrió la cortina, miró el sol que teñía de rojo el horizonte, y decidió olvidar la traición de sus compañeros; a fin de cuentas, no se podía esperar algo mejor de gente que no tenía el temor de Dios en su corazón.
El texto menciona que Daniel "era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque en él había un espíritu superior". Ese espíritu superior era el Espíritu de Dios. El joven Daniel se dejaba guiar por el Espíritu.
Sin embargo, en aquellos tiempos, como hoy, la fidelidad a Dios tiene un precio. Tal vez, por eso resulte más cómodo acomodarse a la manera de pensar y de ser de la mayoría; la moda hoy es ser políticamente, y no bíblicamente, correctos.
¿Quién se preocupa en ser ético, en un mundo en que la viveza parece haberse vuelto un requisito para escalar en la vida profesional? Sin embargo, Daniel sabía a quién servía, y el Espíritu Superior que lo guiaba lo hizo superior. Esta superioridad no era solo cualitativa sino también espiritual: Daniel volaba donde las águilas vuelan. Las mezquindades propias de la carne no lo seducían: había probado del agua pura del manantial divino, y no se contaminaría bebiendo de las aguas envenenadas de este mundo de pecado.
Tú también fuiste llamado para un propósito elevado. No te conformes con los patrones morales y espirituales de una sociedad desesperada por desplazar a Dios del escenario de su existencia: atrévete a ser diferente. Déjate utilizar por el Espíritu Superior. Busca a Jesús todos los días. Jesús prometió que, si tú lo buscas, tu cuerpo será templo del Espíritu Santo. El resultado natural de esa experiencia será la superioridad, detrás de la cual corren multitudes; Dios se la da a quienes lo buscan de todo corazón.
En la historia de Daniel, el rey colocó al profeta por encima de todos los demás funcionarios. El puesto de primer ministro, codiciado por todos, no fue el resultado del arduo trabajo de Daniel, sino la recompensa por su fidelidad.
No enfrentes, hoy, los desafíos que tienes por delante sin tener la seguridad de que el Espíritu Superior, que guió a Daniel, te guiará a ti también. Y recuerda que "Daniel era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

jueves, 29 de septiembre de 2011

UN EJE VERTICAL

Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Filipenses 3:1 4).

En eje es una línea recta vertical u horizontal en la que se señala un punto de referencia llamado origen y sobre el cual se representan los números enteros. Si el eje es vertical se representarán los números enteros positivos hacia arriba y los enteros negativos hacia abajo. Si el eje es horizontal, quedarán los números enteros positivos hacia la derecha y los enteros negativos hacia la izquierda. Aunque nunca ha sido mi asignatura preferida, creo que la ciencia de las matemáticas puede proporcionarnos una buena ilustración espiritual.
La vida es como un eje que nosotros mismos dibujamos en función de un origen. Algunos prefieren colocarlo en el plano horizontal, porque para ellos la vida solo tiene una dimensión horizontal, es decir, únicamente son capaces de ver el presente y su horizonte queda reducido a su cortedad de miras. Viven el momento sin recapacitar en el futuro, en el que ni tan siquiera piensan. El momento es el que determina sus acciones. Aunque la Biblia nos aconseja que vivamos un día a la vez y que depositemos nuestra confianza en Jesús cada día, nos exhorta a proseguir en el camino al que somos llamados por el mismo Cristo, cuyo horizonte no es fácil de divisar pero que es garantizado por el que ya lo transitó y actualmente se sienta en las mansiones eternas.
Otros prefieren colocar el eje de su vida sobre el plano vertical, el que tiene como origen al Creador y apunta hacia Dios. Este eje hace de la vida una escalera que se va ascendiendo peldaño a peldaño a medida que añadimos números enteros positivos y nos sobreponemos a los enteros negativos dejándolos atrás. Esta escalera nos acerca cada vez más a nuestro Salvador y está coronada con la vida eterna. Allí donde otros terminan su vida tú la comienzas si has colocado tu eje en dirección al cielo.
¿Comprendes la importancia de situar correctamente tu eje? Un canto infantil lo expresa con las siguientes palabras: «Cristo manda que subamos más, mirando al mundo bajaremos más, porque subiendo y bajando nunca llegaremos, subamos, subamos, mirando a Cristo, cada día más».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

RECIBIRÁS PODER

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo. Hechos 1:8.

Jesús estaba a punto de despedirse de sus apóstoles. Había dado su vida en rescate por la humanidad y había vencido a la muerte, dando la esperanza de la vida eterna a sus seguidores. Sus amigos, aún confundidos, creían en el reinado terrenal de su Maestro. Jesús les aclaró que todavía faltaba un tiempo para la instauración de ese reino, pero les aseguró que recibirían poder "cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo".
El Espíritu Santo es la persona de la Trinidad que acompaña a los cristianos desde que Jesús ascendió al cielo. Persuade "al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (Juan 16:8); obra en la conciencia de cada creyente, a fin de convencerlo de sus faltas y de la necesidad de una entrega completa a Dios. También es el que nos ayuda a crecer espiritualmente, y el que entrega los dones a la iglesia para su crecimiento espiritual.
Pero más allá de las tareas que designa la Biblia, es importante que ores diariamente por el Espíritu Santo en tu vida. En primer lugar, si quieres cambiar tu carácter y ser semejante a Jesús, solo el Espíritu de Dios puede hacer realidad ese cambio. Los defectos de carácter, heredados y cultivados, son imposibles de eliminar sin el poder divino. No hay ser sobre la tierra que pueda lograr una reforma interior y exterior si prescinde de la ayuda poderosa del Espíritu. Por eso, si deseas que tu vida, tus palabras, pensamientos y acciones se asemejen a los de Jesús, debes rogar que el Espíritu Santo moldee tu corazón y realice la obra de la santificación.
Por otro lado, ese poder prometido por Jesús es el que capacita a cada creyente a realizar la obra de evangelista. Si el Espíritu Santo no nos acompaña, no hay resultados duraderos y genuinos. Tú puedes enseñarle la Biblia a una persona durante años, orar con ella, presentarle argumentos poderosos a favor de la verdad, pero si el Espíritu Santo no obra, esa persona solo estará informada de la vida cristiana, jamás convertida. Por eso, Jesús les ordenó a los apóstoles que no salieran de Jerusalén hasta que el Espíritu Santo se manifestara en la iglesia. Una vez que los apóstoles lo recibieron, su predicación fue poderosa y los frutos abundantes.
Orar cada día por el Espíritu Santo es una necesidad para cada cristiano que desea vivir con Jesús por la eternidad.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

ES VERDAD, ES REAL, ES BUENO

Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona. 1 Reyes 8:30.

Ella abre la puerta de su departamento, cuando el reloj marca las 4:45 de la madrugada. En otros tiempos, estaría durmiendo a esa hora, pero ahora todo ha cambiado. Se mira al espejo y contiene las lágrimas, mientras quita el maquillaje del cansado y bello rostro. La fuerza que ella pone, en el pedazo de algodón contra el rostro, es sintomática. Le gustaría que limpiase más que el maquillaje: quisiera verse libre del gusto amargo del fracaso, del olor del pecado, de la ilusión perdida. El agua que sale de la ducha limpia su cuerpo; pero sus lágrimas intentan limpiar el alma.
¿Dónde está la chica que cantaba en el coro de la iglesia? ¿Dónde, aquella muchacha de ojos inocentes y sueños lindos, que un día salió del interior y fue a la capital, buscando realizar sus sueños?
Acostada en la cama, recuerda que, cuando era niña, oraba todas las noches la oración que su madre le enseñara: "Muchas gracias, Señor, por el día, por mi padre, por mi madre y por mi hermano. Si pequé, por favor, perdóname. En nombre de Jesús, amén". ¿Si pequé? Ella vive 24 horas por día con la luz de neón de la conciencia encendida en la misma palabra: ¡Pecadora! Es su sentencia. Es su destino. ¿Habría salida para ella?
El texto de hoy trae un pedido del rey Salomón, en el día de la inauguración del Templo que él había construido para honra de Dios. En esa ocasión, se acuerda de pedir por las necesidades del pueblo; el perdón parece ser la mayor de ellas. El ser humano es atacado, a diario, por su conciencia; carga el lastre de la culpa.
Para recibir el perdón de Dios, solo necesitas pedir, buscar, querer. Si hoy, al iniciar un nuevo día, levantas la voz y clamas a Dios por perdón, el perdón será derramado sobre ti. ¡Es verdad, es real, es bueno!
Por eso, si hoy sientes el peso de la culpa sobre ti, haz como Salomón, y levanta tu voz a Dios, en ruego: "Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

miércoles, 28 de septiembre de 2011

UN JUEGO PELIGROSO

El les dijo: Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura. (Jueces 14:14)

Este acertijo inventado por el poderoso Sansón dio pie a la destrucción de muchos filisteos. Al verse traicionado, Sansón buscó venganza, y aunque el propósito que Dios tenía para él se cumplió, se vio privado de las múltiples bendiciones que el cielo hubiera querido darle. Su terquedad le hacía jugar con el pecado. Quizás se consideraba demasiado fuerte como para ser vencido, y esto lo colocaba en un terreno muy peligroso. Tan peligroso era el juego de este hombre poderoso que no fue vencido por todo un ejército, sino por una sola mujer. El devorador de hombres había caído y las avispas filisteas lo convirtieron en un juguete para alimentar su burla hacia el Dios eterno.
Cuando estudiamos las Sagradas Escrituras aprendemos que el pecado reina sobre este mundo y prolifera a pasos agigantados. Se cuenta que en un lago vivían muchas ranas entre las cuales se encontraba una que se consideraba más suspicaz e inteligente que sus compañeras. Pensaba que las demás eran tontas por seguir las reglas del grupo. El otoño llegó y todas se prepararon para invernar, pero la ranita no quiso acompañarlas, alegando que todavía era muy pronto para bajar a las profundidades. Se quedó en la superficie, donde el alimento abundaba más debido a que pocas ranas habían permanecido allí. Finalmente se quedó sola. Cuando llegó el frío, la ranita pensó que. ya era hora de invernar y con dificultad a causa de su exceso de peso se lanzó al lago, pero chocó contra el hielo que cubría las frías aguas y allí murió.
Así sucede con el pecado. Aparentemente nos presenta una salida mejor y oportunidades tentadoras; entonces pensamos que podemos disfrutar de ellas porque todavía hay tiempo para ir al Salvador. «Me entregaré a Cristo cuando me jubile, o cuando termine mi carrera», «Disfrutaré la vida y cuando sea más vieja iré a Jesús»; con estas excusas seguimos acariciando el pecado que ríos destruye.
No dejes que el pecado gane terreno y te atrape en sus redes. No dilates tu entrega personal y cotidiana a tu Salvador. Cada día muere al pecado y vive para Cristo.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

UNA ORACIÓN DIFÍCIL

Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo hacen. Lucas 23:34.

Para la gran mayoría de las personas, un enemigo es simplemente aquel que contradice sus intereses y sus ideas. Como Jesús quería que los cristianos fueran diferentes al resto del mundo, enseñó: "Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen" (Mat. 5:44). ¿Cómo es posible que Jesús nos pida que oremos por nuestros enemigos?
Imagínate esta situación: Un compañero de estudio envidioso te acusa falsamente ante el profesor de que hiciste trampa y copiaste en el último examen, y que por esa razón sacaste la nota más alta del aula. ¿Orarías por él? ¿Le pedirías a Dios una bendición especial por quien por envidia te acusó falsamente?
Piensa en esta otra: Una persona del sexo opuesto está interesada en ti, y a ti también te agrada mucho. La amistad comienza a crecer, y lo que antes era un simple gusto se transforma en amor. Pero de un día para el otro, esta persona te deja de mirar, no quiere estar a solas contigo y te rehuye. Como no sabes lo que está pasando por su cabeza, le pides ayuda a un amigo para que hable con esa persona que te agrada. Al hacerlo, ella le dice que le contaron que tú insultas a tu madre frecuentemente, y hasta le has levantado la mano. Como para confirmar lo dicho, le dice a tu amigo el nombre del que difundió esa "noticia". Tú te llenas de indignación porque eso es una terrible mentira. Te pregunto, ¿podrías orar por esa persona que te calumnió?
Jesús enseñó que debemos amar a nuestros enemigos y orar por quienes nos perjudican; y él sabía cuan difícil sería aplicar este principio en la oración. Pero también puso su poder a nuestra disposición, para que esa oración no sea fingida, sino que con un amor celestial y sublime podamos pasar por alto nuestros propios sufrimientos y orar por quienes buscan causarnos daño.
La enseñanza de Cristo tiene muchísima autoridad, porque sin haber hecho nada digno de muerte, a él se lo condenó a morir en una cruz de oprobio. Jesús podría haber orado por venganza ante esa injusticia, sin embargo oró: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Esa corta oración constituye un modelo para cada cristiano; porque ser cristiano, significa amar a los enemigos.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

¿JUSTICIA O IRA?

Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Santiago 1:20.

Carla sabía que la noche de aquel domingo marcaría su vida para siempre. Era una noche fría; la más fría de todas las que había vivido al lado de su joven esposo. Las cortinas se movían con el viento helado; pero ni siquiera el aire de la noche era capaz de apagar la ira de su corazón. La imagen que había visto aquella tarde no se borraría de su mente jamás: su esposo besaba a otra mujer. ¡Nunca había imaginado algo así! Pero, definitivamente él se arrepentiría de haberlo hecho: ella le pagaría con la misma moneda.
Saltó de su inercia. No miró el reloj; cualquier hora daba lo mismo para lo que pensaba hacer. Se vistió con prisa; pasó sus dedos entre su cabello negro, tratando de alisarlo. Tomó su bolso, cruzó el umbral y se perdió en la noche oscura y fría de su dolor de esposa traicionada.
Al volver a casa, se lo dijo. Así, sin medias palabras. Le dijo que estaban empatados: ojo por ojo, traición por traición.
A partir de aquel día, las noches de Carla se hicieron cada vez más oscuras y frías. Su dolor aumentaba. Ya no le dolía la traición del esposo: la atormentaba su propia traición. Se había vengado; había hecho "justicia" por sus propias manos. Pero aquel acto, provocado por la ira, solo le causó amargura; una amargura tan densa como sus densas noches frías y oscuras. Acabó en el consultorio de un psicólogo.
El consejo bíblico de hoy es: Deja la justicia con Dios; él no puede ser burlado. La persona que te hirió puede parecer victoriosa hoy y mañana, pero los actos de justicia divinos llegan oportunamente, llegan a su debido tiempo.
No te atrevas a llamar justicia al acto impensado provocado por la ira; las prisiones están llenas de gente que solo quiso hacer "justicia".
Las prisiones del alma también abrigan, en sus celdas, a gente herida que, como Carla, se dejó llevar por la ira. La ira humana no combina con la justicia divina: solo Dios sabe permitir que el ser humano coseche el fruto maduro de vivir perjudicando al otro.
Libértate. Pide a Dios la capacidad de perdonar. Abre las puertas de tus prisiones interiores. Brilla, como el sol del nuevo día. Porque: "la ira del hombre no obra la justicia de Dios".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

martes, 27 de septiembre de 2011

UNA FÓRMULA MATEMÁTICA

Esto hacía Jehú con astucia, para exterminar a los que honraban a Baal. (2 Reyes 10:19)

La astucia es la principal característica de quienes son hábiles para engañar o evitar el engaño, así como para lograr habilidosamente cualquier fin. No solo el ser humano posee esta habilidad, también hay animales y plantas que desarrollan esta pericia. Por ejemplo la venus atrapamoscas, planta carnívora que contiene una especie de espinas colocadas estratégicamente en las hojas y que se activan cuando algún animal las toca, haciendo así de la víctima un verdadero banquete.

La historia de Jehú es poco conocida, pero contiene grandes enseñanzas para nosotras. Un numeroso grupo de adoradores de Baal habían sido convocados para una supuesta celebración. Jehú lo había organizado todo de tal forma que la festividad fuera atrayente para los idólatras. La Biblia nos dice que iban vestidos de forma especial y que el templo se llenó (ver 2 Rey. 10: 21). Colocando a ochenta hombres armados fuera del templo, Jehú convirtió aquellas enormes puertas en una especie de hojas de la planta venus, y de esta forma todos los que estaban en el interior quedaron atrapados, a merced de la guardia. «Así Jehú exterminó a Baal de Israel» (2 Rey 10: 28).

¡Qué ironía!, el mismo hombre al que Dios había usado para terminar con la idolatría que se había infiltrado en el pueblo de Dios y que se había alzado contra tal práctica, se convirtió posteriormente en adorador de «los becerros de oro que estaban en Bet-el y en Dan» (2 Rey. 10: 29). ¿No te parece que hay alguna incongruencia en la actitud de este hombre?

¿Puede suceder que Dios nos utilice para mostrar a otras el camino hacia el cielo y que a la vez nosotras sigamos siendo prisioneras en esta tierra? El hecho de que seas maestra o directora de algún departamento de la iglesia no te exime cíe quedar atrapada en las hábiles trampas de un enemigo astuto como el que tenemos. Mantenerse al lado de Jesús es la única estrategia contra la cual la astucia del enemigo no tiene poder.

Habilidad para el bien + rechazo del mal + amparo divino = ¡Victoria!

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

LA ORACIÓN DE RODILLAS

Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Salmo 95:6.

Como dijimos hace unos días, la Biblia no presenta un "reglamento" para la oración, más bien presenta las oraciones de hombres y mujeres de fe a fin de que imitemos su conducta.
Algunos de esos ejemplos tienen que ver con la postura en el momento de orar. Es verdad que se puede orar en cualquier ocasión y posición corporal, pero algunas oraciones de Moisés, Esdras, Jesús y Pablo fueron hechas postrados, o como diríamos hoy, de rodillas.
Quizás a esta altura te preguntes: "¿Influye en algo la posición de mi cuerpo?" Considéralo desde este punto de vista. Con un amigo puedes conversar mientras caminas, vas al colegio, esperas en una parada de ómnibus o tomas sol en una playa. Con un amigo puedes charlar casi en cualquier posición corporal. Jamás conversarás de rodillas mientras él permanece en pie.
La posición de rodillas expresa un acto de entrega, sumisión y respeto. Implica que quien está parado o sentado es superior a quien está de rodillas, y por eso con un amigo jamás conversarás así.
Cuando nosotros oramos de rodillas, estamos reconociendo la superioridad de Dios sobre la raza humana; expresamos con nuestro cuerpo quién es el Creador y quién la criatura, quién es el adorador y quien el Adorado. Además, orar de rodillas implica que hay una diferencia entre conversar con Dios y con cualquier persona. Aunque el Señor siempre sigue siendo nuestro Amigo.
En este día que comienza, tu Creador te está dando la vida. Hoy tienes la posibilidad de hacer un montón de cosas que te gustan. Pero no lo inicies sin antes elevar una oración de rodillas, para agradecerle porque es tu Creador y Sustentador, el Ser que hace latir a cada instante tu corazón. Hoy puede ser un día diferente, si lo inicias de rodillas ante Dios. Luego, durante el día, si las circunstancias te impiden arrodillarte, al menos eleva tus pensamientos al Señor que siempre te escucha.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

ROPAS, SOLO ROPAS

Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Génesis 3:21.

El era un joven ejemplar. Todavía recuerdo los comentarios que hacían respecto de él: excelente hijo, excelente amigo, buen estudiante, cristiano, consagrado. ¿Qué madre no se alegraría de tenerlo como yerno? ¿Qué pastor no se sentiría contento de tenerlo como líder de su iglesia? ¿Quién no gustaría de llamarlo su amigo?
Los años fueron pasando, y un día llegó la trágica noticia: Murió; peor todavía, se quitó la vida. ¿Cómo era posible? ¿No sería una broma de mal gusto? Lamentablemente, sí era él; la información no estaba errada.
Todos los seres humanos luchamos; para ser mejores, ser buenos ciudadanos, buenos esposos, en fin... Con él, no era diferente: su lucha diaria era por la búsqueda de la perfección. Procuraba ser el mejor en todo, especialmente en la vida cristiana: oraba, ayunaba, predicaba, cantaba, sabía de memoria los mandamientos, sabía lo que podía y lo que no debía hacer; conocía y sabía mucho sobre profecías y doctrinas. Tenía todo, pero no tenía nada. Era infeliz, vacío; su vida no tenía sentido. Vivió para agradar a todos; para hacer que todos fuesen felices. Pero, él mismo nunca lo había sido.
Su drama era disfrazar sus fallas con buenas acciones, querer agradar a los demás, y a Dios, con buenas obras. El nombre que damos a eso es legalismo. Legalismo es la intención de comprar el favor de Dios con acciones, con esfuerzo personal; legalismo es luchar por esconder la desnudez del alma con mis propias prendas. Ese fue, también, el drama de Adán y de Eva: cubrieron su desnudez con hojas de higuera, sin percibir que esas hojas traían más problemas que soluciones.
No existe nada que puedas hacer para que Dios te ame más de lo que te ama. No existe sacrificio que aumente la misericordia de Dios o que duplique su cuidado por ti. Dios es amor, y si lo buscas en humildad te coloca las ropas que él preparó para ti.
Ropa, en la Biblia, es sinónimo de salvación. ¡Presta atención! El texto señala que Dios les hizo la ropa y fue él mismo quien los vistió. ¿Te diste cuenta de que el ser humano solo se deja vestir*. Todo, en la salvación, es acción divina.
En un nuevo día, siempre es bueno recordar eso. La obra es de Dios, y tú solo debes aceptar: "Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

lunes, 26 de septiembre de 2011

EL PODER DEL LENGUAJE

Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. (Gènesis 11:1)

Existen muchas y muy variadas formas en que el ser humano puede transmitir sus pensamientos y sentimientos. La lengua es un medio de comunicación formado por fonemas, morfemas, palabras, frases y oraciones que siguen determinadas reglas. En el mundo actual existen múltiples lenguas, cada una con sus características distintivas, de las cuales echarnos mano para comunicarnos entre nosotros. Todas las lenguas, incluso aquellas cuyos signos no son orales sino gestuales, resultan de suma importancia para las relaciones humanas. Una sonrisa franca transmite un mensaje muy distinto al de un gesto de hipocresía. Una mirada puede comunicar aprobación, rechazo, odio o amor.

No solo la falta de comunicación puede estropear las relaciones humanas, a veces también el uso del lenguaje puede ser un obstáculo para la comunicación. El proyecto que emprendieron los descendientes de Noé era un desafío sumamente complicado, casi imposible de lograr. Sin embargo, Dios vio que estaban dispuestos a llevarlo a cabo hasta el final, pues como él mismo dijo: «Han comenzado la obra y nada los hará desistir de lo que han pensado hacer" (Gen. 11:6). La obra de edificar una torre que alcanzara hasta el cielo requería destreza, habilidad, buenos materiales de construcción, fuerza de trabajo, mucho ingenio y voluntad, pero sobre todo una excelente comunicación. Dios solo tuvo que contundir la lengua de los trabajadores para que todo se viniera abajo. Sin comunicación no se pudo llegar a buen término.

¿Te dice algo esto? Para que puedas construir eficazmente tu vida necesitarás más que ropa, un carro, un título universitario, una casa o bienes materiales. Te hará falta un lenguaje apropiado, una comunicación abierta y sincera con los que te rodean, cargada de misericordia y de amor. Ese es el combustible que te hará transitar felizmente por las avenidas sociales en las que te desenvuelves. A veces no le damos a la comunicación la importancia que tiene, porque confundimos la confianza y la cotidianidad con el descuido y la vulgaridad.

No dejes que tu hogar se desplome por falta de comunicación. Recuerda que el lenguaje, del amor hace posibles las empresas más difíciles.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

ORAR MAL

Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Santiago 4:3.

Mientras enseñaba en mi clase algunos aspectos de la oración, un alumno preguntó con un aire de incredulidad e ironía: "¿Qué pasa si le pido a Dios ahora mismo que me regale una moto Harley Davidsori*. ¿Va a aparecer una moto?" Como era un grupo de jóvenes maduros, la pregunta causó gracia, y algunos compañeros dieron una respuesta bíblica para responder por qué Dios no haría ese "acto de magia".
Cuando Santiago les escribió a los creyentes cristianos de sus tiempos, conocía la problemática que estaban viviendo. Por eso aborda en su carta el tema de la fe y las obras, de las malas palabras y del tipo de oraciones que elevaban el corazón. Santiago les señaló su error cuando dijo: "Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites". En otras palabras, sus oraciones no tenían la respuesta divina que deseaban porque oraban mal.
¿Cuál era el error en sus oraciones? Sus pedidos tenían el objeto de satisfacer su ambición egoísta y sus gustos pecaminosos. Dios seguía estando en su trono de gracia, seguía escuchando con paciencia las plegarias de estos conversos, pero no podía responderles, porque de haberlo hecho hubiese acarreado mala reputación sobre la iglesia y sobre su nombre.
Dios es el Creador de toda la tierra, y para él deben ser la honra, el respeto, la alabanza y la adoración. Cualquier pedido de oración que no honre al Señor jamás será concedido. Porque lo que no honra a Dios alimenta nuestro egoísmo natural. Si el Señor te otorgara una moto, sin ahorro de por medio, sin esfuerzo y sacrificio, solo para satisfacer un pedido egoísta, no sería Dios sino un esclavo de los caprichos humanos.
Dios respondió las oraciones de Abraham, Jacob, Moisés, Josué, David, Salomón y de toda la iglesia cristiana primitiva, porque con la respuesta su nombre estaba siendo glorificado ante creyentes e incrédulos. Cuando Dios da la salud al que no la tiene, trabajo al desocupado y responde afirmativamente cada oración que sus hijos le hacen en este tiempo, la gloria y la honra deben ser para él.
Cuando te postres y eleves tus ruegos a Dios, reflexiona si la respuesta divina honra su nombre. Así te encontrarás lejos de cometer el error de los cristianos de fines del primer siglo.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

¿QUIÉN ES EL CULPABLE?

Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engaño y comí. Génesis 3:12,13.

Preso en el acto, por tráfico de drogas, Manuel lanza un discurso duro: "Yo soy fruto de la sociedad; soy el resultado de un mundo injusto, donde a las personas solo les importa ellas mismas. Yo soy lo que ustedes me llevaron a ser. No pude escoger, no tuve oportunidades: yo no tengo la culpa".
Su discurso era fuerte y elocuente. Este mundo es egoísta; cada día que pasa, las personas se preocupan más por ellas que por su prójimo. La venganza y el odio se sobreponen al amor y al perdón. Manuel parecía tener razón.
Vivimos en un mundo en que faltan oportunidades para los jóvenes. Cada año, más y más profesionales son lanzados a un mercado de trabajo cada día más exigente. Faltan oportunidades; falta el deseo de invertir en los jóvenes. Manuel parecía tener razón.
¿Cómo condenar a muchachos que nacen huérfanos; jóvenes que viven sin un modelo a ser seguido; sin un referente paterno? ¿Cómo condenar a un muchacho que, desde sus primeros años, vive la ley de la selva en plena metrópoli? ¿Cómo condenar a un muchacho que mata, para no morir? Manuel, ¡parece que tienes la razón!
Solo que Manuel es un muchacho de clase media, en una de las ciudades más grandes del mundo. Segundo hijo de un hogar bien estructurado, siempre tuvo todo en casa: estudió en buenas escuelas; viajaba durante las vacaciones; usaba buenas ropas; frecuentaba los mejores ambientes sociales; tenía un cuarto solo para él; desde niño, tuvo su propia computadora. Si alguien tuvo oportunidades en la vida; si alguien podría hacer la diferencia en la sociedad, ese sería Manuel. ¡Ah, Manuel! Parece que ya no tienes tanta razón.
El problema es que Manuel aprendió, desde pequeño, a colocar la culpa en los demás. El ser humano siempre fue así desde la entrada del pecado: "La mujer que me diste", excusó Adán; "La serpiente que creaste", adujo Eva.
La culpa nunca es nuestra; el responsable nunca soy yo. Ese estilo de vida trae, como resultado, infelicidad, rebeldía, dolor, frustración.
Hoy, en vez de decir, como Adán: "La mujer que me diste por compañera", di: "Señor, pequé. Por favor, ¿puedes perdonarme?".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

domingo, 25 de septiembre de 2011

UNA OBRA DE ARTE

«Acuérdate de estas cosas, Jacob, porque mí siervo eres, Israel. Yo te formé, siervo mío eres tú, ¡Israel, no me olvides! (Lucas 44:21)

El célebre pintor español Pablo Picasso inició su prodigiosa carrera con la obra «Las señoritas de Avignon», con la que comenzó una revolución artística conocida como cubismo, en la que se rompían todas las leyes de la perspectiva conocidas hasta entonces. Su obra más famosa fue el cuadro titulado «Guernica», donde plasmó dramáticamente los horrores de la Guerra Civil Española. La forma de, las figuras que se retuercen y lloran entre los restos de una ciudad destruida y bajo la influencia del poder de los colores blanco, negro y gris convierten a esta obra en un arma a favor de la paz.
Hace mucho tiempo un gran artista realizó con sus manos la mayor obra maestra que jamás haya existido. Cada célula, nervio, músculo, hueso y órgano fueron dotados de una sensibilidad extraordinaria para el amor. Pero el pecado estropeó la obra perfecta salida de las manos del Creador. La guerra contra el mal convirtió el Edén en un campo de batalla, El clamor divino se escucha en la naturaleza diciendo: «Acuérdate de que eres mi obra especial, no me olvides». Dios te ofrece en este día un pincel, para que hagas de tu vida una obra de arte. ¿Cómo lo utilizarás?
Francisco de Goya, otro célebre pintor español, realizó su primera obra de importancia en la cúpula de la basílica de la Virgen del Pilar, en Zaragoza. Un año más tarde pintó una serie de cuatro cuadros destinados a la realización de tapices para decorar el palacio de El Pardo, residencia de verano de los reyes. Estas y otras importantes obras han sido admiradas por las generaciones posteriores.
Al igual que la de estos artistas, tu obra debe ser expuesta para beneficio de los demás. Quizás puedas revolucionar la vida de algunas mujeres que viven bajo una tradición hueca y sin sentido. Tú puedes mostrarles la belleza inicial con la que Dios nos creó de modo que ellas lleguen a ser verdaderas obras de arte que honren el nombre del Creador.
Tu vida será una obra de arte si dejas que tu pincel sea guiado por Dios.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

ORACIONES DE VICTORIA

Velad y orad, para que no entréis en tentación. Mateo 26:41.

La carga genética de pecado que lleva toda la humanidad es muy pesada. Casi cada día los medios de comunicación nos muestran asesinatos, robos, violaciones, familias destruidas, fraudes millonarios y otros crímenes.
Si el crecimiento en la vida espiritual dependiera únicamente de nosotros, nos sería imposible complacer a Dios y salir victoriosos en las tentaciones. Pero, como Jesús conocía la debilidad humana frente a la tentación del enemigo, les aconsejó a sus apóstoles: "Velad y orad, para que no entréis en tentación".
Aunque la Biblia no lo dice, imagino que el apóstol Pedro oraba para no hablar de más ante Dios. También es posible que Juan haya orado para tener un espíritu más apacible y tranquilo, ya que era llamado "hijo del trueno". Quizá Santiago haya elevado sus plegarias para no tener ese deseo de supremacía y grandeza terrenal que lo llevaba a querer ocupar, en el reino de Jesús, un lugar al lado de su trono. Tal vez Tomás oró a Dios para creer y tener más fe, ya que la duda parecía dominarlo todo el tiempo.
¿Estás orando tú para no caer en las tentaciones que el enemigo pone en tu paso? ¿Has entregado en las manos de Dios tu rencor y deseo de venganza? ¿Le has suplicado que te quite los malos pensamientos y el hablar con doble sentido? ¿Has rogado a Jesús que limpie tu boca del mal hábito de insultar a otros y decir malas palabras? ¿Le has pedido fuerzas al Señor para tener pensamientos puros y elevados? ¿Has implorado para hablar siempre la verdad y abandonar la mentira? ¿Has aceptado el amor de Dios y permitido que impregne tu vida de paz y felicidad?
La exhortación que Jesús les hiciera a los apóstoles a orar para no entrar en tentación, se extiende también a nosotros. Por eso es importante recordar que ningún creyente podrá vencer el pecado por sus propios medios, ya que solo con el poder divino es posible la victoria sobre los rasgos pecaminosos del carácter. "Si oyes hoy su voz, no endurezcas tu corazón" (Heb. 4:7) ¡Clama para ser un cristiano victorioso!

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

SATISFACCIÓN

También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario. Lucas 3:14.

Se arrojó al vacío, intentando destruir su historia. Aquella noche, había corrido como un loco por calles oscuras, víctima de una persecución psíquica; en realidad, había corrido toda su vida buscando llenar el vacío del alma. Al principio, creía que lo que buscaba era solamente satisfacer las carencias físicas; después, pensó que corría detrás de realización y de prestigio. Y no tuvo escrúpulos para encontrar lo que buscaba. Lo tuvo todo, pero su corazón continuó sonando como un tambor hueco, hasta aquella noche en que decidió ponerle un coto final a todo. No murió, como hubiera querido. A partir de ese día, las cosas empeoraron porque, a raíz de esa intención suicida frustrada, quedó parapléjico.
Pero, ¡cómo son las cosas divinas! Fue en el dolor de la impotencia que volvió a nacer; fue cuando ya no supo adonde más correr que se dejó encontrar por el Señor Jesús. Y de repente el sol salió en la medianoche de su tristeza, y aprendió a sonreír y a cultivar el optimismo y la esperanza, a pesar de su desgarradora situación.
"Tuve que ser reducido a este estado para entender que lo que me faltaba era Jesús", me dijo con una sonrisa tímida, pero sincera.
El versículo de hoy muestra esta gran verdad: Jesús aconsejó a los soldados: "Contentaos". El verbo "contentarse", en el griego, es arkeo, que significa, literalmente: "No buscar nada más porque se está completo".
La única manera de estar completo es volverse a Dios. El ser humano, acepte o no la idea, salió un día de las manos del Creador, y solo será completo cuando retorne a él. Lejos de Dios puedes correr, correr y correr; sin él, puedes buscar, y buscar y buscar. Pero, nada de lo que encuentres satisfará los deseos de tu alma: tu búsqueda es la del corazón; tu sed es la de Dios. Carencia del espíritu que solo llega a su fin cuando, cansado de vagar, finalmente reconoces que no puedes seguir huyendo.
Hoy amanece un nuevo día. Mira hacia afuera. Contempla la mañana. ¡Es un milagro! Es la expresión del amor de Dios. Y, frente a las expectativas para este día, escucha la voz de Jesús: "No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

sábado, 24 de septiembre de 2011

PASTEURIZADAS POR EL MAESTRO

Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. (Santiago 1:21)

Louis Pasteur nació el 27 de diciembre de 1822 en Dole, Francia. Sus numerosos aportes científicos han supuesto una bendición para la humanidad hasta el día de hoy. Se dice que a mediados del siglo XIX había problemas en Francia con la conservación del vino. Los cambios químicos ocasionados por ciertos microorganismos afectaban a este producto, agriándolo y degradándolo. Pasteur se dedicó al estudio de ellos e inventó el proceso de pasteurización al descubrir que el calor destruía las bacterias. Aplicó esta teoría no solo al vino, sino también a la leche. Actualmente tanto el proceso de fermentación como el de pasteurización son muy utilizados para la conservación de alimentos.

No solo las cosechas de vino se salvaron por la intervención de este hombre, sino también el comercio de la seda. Aunque Pasteur no sabía nada sobre los gusanos de seda, descubrió que unos parásitos causaban en ellos una enfermedad que estaba afectando a la elaboración de tan formidable tejido. Los gérmenes infectaban los huevos y los gusanos morían antes de tejer los capullos. Esta situación se pudo revertir gracias a los descubrimientos de Pasteur.

Existe un personaje que descubrió la forma de eliminar el germen del pecado. Cristo se ha convertido en el héroe que rescató a la humanidad de la terrible y eterna destrucción producida por la infección del pecado. Pasteur solo reveló el método para eliminar ciertos microbios, pero Cristo destruyó el germen del pecado. Por medio de Cristo podemos descubrir dónde está el pecado y recibir la limpieza espiritual de la intención que produce. Por lo tanto, velemos porque nuestra vida no sea un recipiente propicio para este parásito que dañaría por completo nuestra cosecha.

El salmista clamaba confiado en que Dios lo limpiaría de todos sus pecados, incluso de aquellos que cometía inconscientemente. Deja que tu vida pueda ser guiada a través del proceso de pasteurización divino y que el método de fermentación celestial pueda conservarla pura hasta que llegues a las mansiones eternas.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor

Por Ruth Herrera

¿CUÁNTO TIEMPO ES NECESARIO ORAR?

Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré. Y él oirá mi voz. Salmo 55:17.

Como la oración es una relación de amistad con Dios, la Biblia no reglamenta mucho su forma ni su ocasión. Por esta razón no se presenta ningún mandamiento que diga: "Orarás siempre antes de consumir algún alimento"; ni tampoco: "Cada oración deberá durar no menos de cinco minutos". Así como conversas con un amigo sin que te importe el tiempo, de igual manera ocurre con Dios.
Muchas veces me han preguntado cuánto tiempo es necesario orar. Entonces respondo con el texto de este día: David tenía la convicción de que al orar y clamar tres veces por día, su oración sería oída. No es que Dios requiera que oremos tres veces solamente, pero si este salmo registra la experiencia de un héroe de la fe que recibió muchas respuestas a sus oraciones, entonces podemos intuir que a Dios le agrada que le dediquemos tiempo a la mañana, al mediodía y a la noche.
Pero aclaremos algo: en muchas ocasiones, orar tres veces diarias no es suficiente. Piensa en Jesús y su gran misión sobre la tierra. El relato evangélico nos ilustra que "en aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios" (Lúe. 6:12). Este texto tampoco es un mandamiento, pero nos ayuda a ver que a veces es necesario dedicar tiempo "extra" en la oración para que la bendición divina sea abundante.
La cantidad de tiempo que le dedicas a la oración depende de las situaciones que la vida puede presentarte. ¿Cuánto dedicarías para orar por un amigo que es drogadicto? ¿Cuántas oraciones harías para aprobar una materia difícil? ¿Qué cantidad de tiempo dedicarías para que tu padre consiga trabajo? ¿Qué tiempo te entregarías en oración por la conquista de una persona del sexo opuesto? ¿Cuántas horas pasarías de rodillas clamando por un familiar con cáncer?
Como ves, cada situación demandará de ti diferente cantidad de tiempo para orar, pero no esperes tener una necesidad extrema para orar sin prisa y sin límite de tiempo. Cada día dedícale momentos especiales a tu Padre celestial, y verás cómo el camino que transitas se colmará de bendiciones para ti y los tuyos.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

FRUTOS LIMPIOS

Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Romanos 5:19.

El enojo en sus ojos era atemorizante. Mirando fijamente al horizonte, trataba de encontrar palabras que no lo lastimasen tanto, pero no las hallaba.
-Yo... yo soy así. ¿Qué puedo hacer? ¡Es mi naturaleza, mi destino, mi suerte; y no hay nada que pueda hacer para cambiarlo!
Mucha gente piensa que jamás podrá cambiar de vida, y justifica sus errores, con la idea de apagar la voz de la conciencia. ¿Tienen ellos la razón? Hoy, tal vez, te levantaste con el sabor de la derrota en tus labios; te duele la cabeza intensamente; tu cuerpo siente la resaca de ayer. Y, mirándote al espejo, te sentencias: Soy así, ¿qué puedo hacer?
La Biblia habla acerca de la naturaleza pecaminosa del ser humano. Desde que venimos al mundo, traemos la inclinación hacia el mal. El versículo de hoy menciona la desobediencia de Adán como puerta de entrada del mal a la vida de todos. El árbol de la humanidad fue contaminado en su raíz, y los frutos son malos.
La vida del ser humano es una incansable lucha en contra de la naturaleza pecaminosa. Creo que nadie, en sana conciencia, desea hacer el mal; a nadie le gusta tropezar y caer a cada rato. No le hace bien a nadie prometer y prometer, sin nunca cumplir.
El texto de hoy presenta un contraste entre Dios y el hombre: si, por un lado, el pecado atacó la raíz de la humanidad y contaminó todos los frutos, por el otro, Cristo venció el pecado, y trajo solución y cura.
Al comenzar un nuevo día de tu historia, recuerda que todos tenemos una naturaleza mala, pecaminosa, que se deleita en vivir lejos de Cristo y que prefiere vivir ajeno a la voluntad de Dios. El Señor Jesús, con el suave pañuelo de su justicia, nos limpia con cariño; nos limpia de todo y nos llama justos.
Cuando por algún motivo te sientas indigno; en las horas de mayor angustia, en los momentos de total desánimo; cuando el martilleo de la culpa te golee sin cesar, recuerda: "Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

viernes, 23 de septiembre de 2011

SEÑALES

El extiende el norte sobre el vacío, cuelga la tierra sobre la nada. (Job 26:7)

El astrónomo Nicolás Copérnico, nacido en Polonia en 1473, revolucionó la ciencia cuando afirmó que la Tierra y los demás planetas giraban alrededor del Sol, quien a su vez se mantenía estático en el centro del universo.

El mundo sideral ha sido objeto de estudio a lo largo de los siglos. En la Biblia se presenta a los sabios que fueron a adorar al recién nacido Jesús como estudiosos de las estrellas. Por supuesto, Dios sabía que lo eran, por eso les envió una estrella que los dejó perplejos. Esta señal los impulsó a buscar información sobre el Mesías y encontraron las respuestas en los rollos sagrados.

¡Qué hermosa secuencia! Dios también quiere mostrarse a ti, por lo que busca continuamente formas para que puedas verlo. Pero estoy segura de que además de los sabios hubo otras personas que divisaron la estrella, pues con toda seguridad había más gente que observaba el cielo. Sin embargo, solo ellos fueron en busca del nuevo Rey. ¿Qué pasó con los demás?

Se considera que el libro de Job es uno de los más antiguos de la Biblia. En dicho libro se menciona la redondez de la tierra (ver Job ]: 7), por lo que prácticamente desde los mismos comienzos de la historia de la humanidad se había proclamado la teoría heliocéntrica que tantos años tardó en descubrir Copérnico. Solo aquellos que estudiaron el registro bíblico pudieron darse cuenta de que la ciencia de su época estaba equivocada. Lo mismo sucedió en tiempos del nacimiento de Jesús. Únicamente los pastores que esperaban su venida recibieron la orden del ángel de ir al pesebre para contemplar a Dios hecho carne.

Actualmente Dios continúa enviando sus señales a los seres humanos de diversas maneras. Si deseas verlo en su segunda venida no te será nada difícil entenderlas, pues su mismo Espíritu te las rebelará. Los escribas y fariseos habían visto muchos milagros que atestiguaban la divinidad de Cristo, pero continuaban pidiendo señales, porque no eran capaces de ver las que tenían delante de sus propios ojos. ¿Puedes tú ver esas señales? Pide a Dios sabiduría para que disciernas aquellas que son imprescindibles para tu salvación.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor

Por Ruth Herrera

LA ORACIÓN Y LA FE

Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Marcos 11:24.

Vivimos en un tiempo de descreimiento total. No creemos en las personas ni en su palabra, no creemos en los gobiernos ni en las religiones. Y tristemente, tampoco creemos en Dios. La incredulidad y el escepticismo han impregnado todo el mundo civilizado; y vivimos presos de nuestra desconfianza. Jesús, refiriéndose a la condición del mundo antes de su regreso, preguntó: "Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?" (Lúe. 18:8).
Y aunque vivimos en un mundo lleno de desconfianza, necesitamos la confianza y la fe para vivir. Piensa un momento. Cuando te subes a un taxi, ¿le pides el carné de conducir al taxista? Estoy seguro que no lo haces, porque confías plenamente que el conductor es un hombre capacitado para ese trabajo. Igualmente ocurre con la corriente eléctrica. Todos creemos que en un medio conductor, cada átomo está "entregando" un electrón al próximo átomo, y de este modo se produce una corriente de electrones. Pero, ¿crees que alguien vio salir alguna vez un electrón de un átomo para depositarse en el siguiente? Simplemente creemos en la corriente eléctrica, porque sus efectos son palpables: cuando no hay corriente de electrones, no funciona la computadora ni el refrigerador ni el equipo de música.
Desde la entrada del pecado, el hombre debió ejercer fe para creer en una existencia superior. Al mirar las estrellas y la vastedad celeste, al ver la hermosura de la naturaleza, al notar la precisión del ojo humano, surge en el espíritu la convicción de que un Arquitecto diseñó todo. Y esto es fe. Creemos en un Ser superior, no porque lo hayamos visto, sino porque hay evidencias que lo confirman.
La fe es esencial para agradar a Dios (Heb. 11:6), y un requisito importantísimo para que nuestras oraciones tengan poder. Jesús lo repitió en numerosas ocasiones a lo largo de su ministerio: "Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá". En otras palabras, no dejes lugar a la duda, no te permitas desconfiar de un Padre de amor que desea lo mejor para ti. Cree, confía, ten la convicción de que Dios obrará, y tus plegarias serán escuchadas.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

CUIDADO CON LA CODICIA

Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. 1 Timoteo 6:10.

Los sobres se amontonaban, sobre la mesa de la cocina, como un castillo de naipes que en cualquier momento se desmoronaría. Cada sobre gritaba: "¡Pague, pague, pague!" Cintia evitaba entrar en la cocina, por miedo de oír el coro imaginario de los sobres. Pero, por más que no quisiese aceptar la realidad, las cuentas continuaban llegando, con valores cada vez más altos.
"Yo solo quería ser feliz", murmuraba, hastiada de huir de sus fantasmas: ropas caras, fiestas, restaurantes finos, viajes y más viajes. Todos sus amigos la consideraban alguien especial; una persona generosa y de buen corazón... con mucho dinero. Si el dinero en la mano es un vendaval, gastar sin tener dinero puede ser un tsunami.
Ser feliz. Ese es el constante anhelo del ser humano: buscar incansablemente la felicidad. Y, para encontrarla, no mide esfuerzos: lucha, corre, llora, se sacrifica, no come, no duerme; casi deja de vivir.
No es malo desear la felicidad; lo errado no es el objetivo sino el medio que usamos para conseguirlo. La mayoría de las veces, ese medio es la posesión de bienes materiales.
Desde que nos despertamos hasta la hora de dormir, somos bombardeados con mensajes consumistas. Las personas basan su felicidad en su capacidad de consumir: cuanto más compras, más feliz te sientes. Y eso es una rueda viva, que gira en función de un único sentimiento oculto: la codicia.
La codicia no es solo querer lo que los demás poseen, sino desear lo que no puedo tener. Cintia compró, compró y compró, queriendo tener más, y terminó con menos.
Tu felicidad no es la sumatoria de lo que tienes, sino a quién perteneces; es bueno tener, pero es mejor pertenecer. Cuando escoges pertenecer a Dios, escoges la felicidad: él te ayuda a vivir con lo que tienes y con lo que eres, y te dará mucho más de lo que un día soñaste.
Hoy, sal a la lucha de la vida procurando primeramente pertenecer a Jesús y permaneciendo en él. Cuando sientas el deseo de tener lo que no está dentro de tus posibilidades, a pesar de que te parezca bueno y agradable a los ojos, recuerda: "Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

jueves, 22 de septiembre de 2011

UN DECRETO CAMBIADO - 3ª PARTE

Acercándose al foso, llamó a gritos a Daniel con vos triste, y le dijo: Daniel, siervo de de Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tu continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones. (Daniel 6: 20).

Se cuenta que en la Segunda Guerra Mundial un cristiano fiel fue sentenciado a muerte. Mientras esperaba la ejecución en una oscura celda, sus rodillas permanecían dobladas y su corazón en perfecta comunión con el cielo. Sabía que enfrentaría la muerte, pero también confiaba en que sus pecados habían sido perdonados. No sentía temor, por lo que ni la potente voz de aquel soldado ni el chirriar de las rejas pudo alterar su paz. Todavía de rodillas volvió a escuchar la orden de incorporarse. El soldado se mofó de su te diciendo que ningún Dios podría librarlo de la muerte, y lo condujo hasta el lugar de la ejecución.
¿Qué paz puede haber en un momento corno ese? La paz de Cristo es la única que puede mantenerle de rodillas cuando todos a tu alrededor corren, gritan y se desesperan. Allí estaba un siervo del Dios Altísimo que no conocía el desenlace final de su historia en esta tierra, pero que podía vislumbrar su presencia en las calles de la Nueva Jerusalén. En aquel momento. Dios obró. La espada se quebró y cayó al suelo. Nadie podía entender lo ocurrido, ni siquiera él mismo, pero Dios estaba dando otra oportunidad a todos. Inmediatamente fue llevado ante el superior quien, impresionado, le comunicó que estaba libre, según la ley que ordenaba liberar a todo sentenciado que no pudiera ser ejecutado por la ruptura del instrumento de ejecución.
Historias como esta nos emocionan, pero Dios no desea una fe que camine con el combustible de la emoción. Lo que necesitamos es una fe que enfrente las pequeñas vicisitudes así como las grandes pruebas, una fe que se nutra del estudio diario de la Biblia, una fe que crezca de rodillas, que lance al mundo su grito de triunfo a pesar de los designios y decretos del hombre. ¿Posees esa te?
La fe te traslada al cielo mientras todavía tus pies pisan la tierra.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

RECONCILIADOS CON DIOS

Como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconcilíaos con Dios. 2 Corintios 5:20.

Si bien la oración es utilizada por los creyentes con múltiples propósitos, la necesidad humana más acuciante es la paz del corazón. El ser humano puede inventar muchos caminos para sentirse libre de la culpa después de cometer un error, pero únicamente Dios puede devolverle al hombre la paz de conciencia.
Pablo, conociendo esta necesidad y sabiendo que el ser humano no es feliz si está enemistado con su Padre, exhortó a los corintios: "Como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios". ¿Cómo podemos reconciliarnos con nuestro Padre? Las Escrituras presentan tres pasos prácticos para estar en paz con Dios.
1. Reconoce tu error. Lucas 18:13 contiene una de las grandes enseñanzas sobre cómo experimentar el perdón divino. En este texto, se nos cuenta que un recaudador de impuestos conocido en la sociedad judía como pecador, entró al templo y "estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador". Si de verdad deseamos estar en paz con Dios, es necesario reaccionar como el recaudador de impuestos: Reconocer el pecado.
2. Arrepiéntete de todo corazón. El apóstol Pedro amonestó a toda la multitud reunida en el templo: "Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados" (Hechos 3:19). Y, ¿qué es arrepentirse? En primer lugar, es sentir dolor y tristeza por la equivocación realizada. Además, incluye un cambio radical de conducta; es decir, tomamos la firme decisión de no volver a caer en ese mismo error.
3. Confiesa tu error y pide el perdón divino. David había caído muy bajo: cometió adulterio con la esposa de un súbdito, y después homicidio cuando ordenó matarlo. Este pecado permaneció oculto por un tiempo. Pero no pudo soportar el tormento de no encontrarse en paz con Dios. Finalmente, cambió su actitud y le confesó a Dios su transgresión, y solicitó su perdón. El Salmo 51, de una manera poética, reproduce sus sentimientos: "Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades, borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones... Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve" (Sal. 51:1, 2, 3, 7).
Dios desea reconciliarse contigo. No dejes pasar el tiempo. Dedícate a la oración y busca la paz con tu Creador.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

SAL DEL ARCA

Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. Génesis 8:16.

Recuerdo la última noche en mi tierra natal. Al día siguiente, partiríamos hacia la capital, en búsqueda de nuevos horizontes. Yo debía tener trece años: era un adolescente, con ganas de vivir. Miré el cielo estrellado, y noté que la noche estaba más melancólica que nunca. Me senté en la terraza, donde en otros tiempos me había sentido tan feliz. ¡No podía negar que me asustaba lo desconocido!
Hoy, entiendo que mis padres tuvieron el valor de aceptar que, en la vida, es necesario "salir del arca" si quieres vencer. El arca significa lo conocido, lo cómodo, lo seguro; aquello que no implica ningún riesgo. Si te quedas en ella, jamás verás nuevos horizontes. Dios no te creó para que envejezcas en el arca: el barco de madera es solo una medida de emergencia; es circunstancial. La orden divina es: "Sal del arca".
¿Cuál es el arca del que te aferras? Todos los días, por diferentes motivos, los seres humanos viven construyendo arcas y justificando su permanencia en ellas.
Dios es un Dios de desafíos. A Abraham le ordenó, cierto día: "Sal de tu tierra, de tu parentela, a una tierra que yo te mostraré". Y el patriarca, con 65 años de edad, no vaciló: tomó a su gente y partió.
A Pedro le dijo, una noche: "Ven". Y el discípulo abandonó sus temores, sacó el pie del barco y fue a Jesús, andando por encima del agua. Tú sabes que nadie puede andar por encima del agua; si lo haces, quiebras una ley de la naturaleza. ¿Sabes lo que Jesús te quiere decir hoy? Que, si eres capaz de verlo en medio de la oscuridad y sales del barco, podrás quebrar el presente estado de cosas.
Hay demasiada apatía, demasiada mediocridad, escondiendo los temores interiores de gente que se niega a avanzar. En el nombre de Jesucristo, haz de este un día de crecimiento. Revisa el rumbo de tu vida, analiza tus decisiones, acércate a la ventana del alma, y observa los horizontes vastos y las praderas sin fin a donde Dios desea conducirte. No te detengas: el hecho de que hasta aquí te fue bien no quiere decir que no haya maneras mejores de hacer las cosas. Atrévete a salir del arca, porque la orden divina es: "Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

miércoles, 21 de septiembre de 2011

UN DECRETO CAMBIADO - 2ª PARTE

El rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.» (Daniel 6:16).

No había aparentemente motivos para que Daniel pasara por semejante prueba, pero Dios permitió que la liberación llegase solo en el momento en que ya no había nada que humanamente se pudiera hacer. La fe de este hombre salió vencedora, y el rey exaltó al Dios de Daniel por haber liberado a su siervo fiel.
En ocasiones nos vemos reflejadas en la experiencia de Daniel, pues también luchamos por mantenernos al lado de Jesús, pero no es tarea fácil y a veces nos parece que vamos a desmayar. ¿Has pensado qué hubiera sido de nosotras si no contáramos con el registro de las experiencias de esos grandes héroes de la fe?
Me gusta imaginarme cómo responderían algunos personajes bíblicos a las situaciones que se nos presentan actualmente, porque eso me ayuda a comprender mejor el poder de la fe. A veces es difícil asirse de la mano de Dios mientras dura la prueba porque no podemos ver el fin.
Rut había salido de un mundo de idolatría para adorar y servir al Dios verdadero. Es fácil admirar la fe de esta mujer cuando conocemos el fin de su historia, pero muchas veces tú y yo no podemos comprender los caminos por los que Dios nos hace transitar. Ester, otro valuarte de la fe, entró a la sala real sin conocer su destino. Ana derramó su corazón en el templo sin sentir que su vientre daría vida. Mana ungió los pies de Jesús sin saber que su historia traspasaría las puertas del tiempo por orden del mismo Maestro.
Tú y yo desconocemos el fin del camino por el que transitamos. No podemos ver si Dios nos librará milagrosamente de una enfermedad, o nos proporcionará otro trabajo en lugar del que perdimos por ser fieles a él. Tampoco podemos ver si nuestros hijos serán salvos aunque nuestras rodillas estén marcadas de tanta oración a favor de ellos. Pero aquellas personas no necesitaron ver el final para obrar en su presente.
Dios quiere que desarrollemos una fe viva como la que tuvieron aquellos hombres y mujeres que pasaron pruebas tan duras, porque espera hacer grandes maravillas en ti.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

NECESIDAD DE SU AYUDA

Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos. Isaías 44:3.

Otro de los factores para que nuestras oraciones tengan poder es sentir necesidad de Dios. Si no la tienes, pídela a Dios. Dios pone en el corazón tanto el sentir como el querer. ¿De qué se trata? Cuando ores, en la manera más sincera que puedas, exprésale al Señor que lo necesitas con todo tu ser. Dile con tus palabras que su ayuda es sumamente valiosa, y que realmente necesitas lo que le estás pidiendo.
Reflexiona un momento y respóndete: ¿necesitas de Dios para cada actividad del día? Hay jóvenes sumamente inteligentes que no sienten necesidad divina para aprobar todas sus materias con éxito, lo pueden hacer solos. Hay otros casos en que la familia es un jardín de paz y no siente necesidad de la ayuda de Dios. También están los que tienen facilidad para conquistar a una persona del sexo opuesto, y no sienten que necesitan dialogar con Dios para tener su ayuda. En fin, son muchos los que llegan a pensar que no necesitan a Dios para lograr sus objetivos, y difícilmente obtendrán algún tipo de respuesta celestial.
Así como el agua es absorbida rápidamente por la tierra sedienta, de la misma manera Dios derramará su bendición en aquellos hombres y mujeres sedientos de su presencia. Y más allá de lo que algunos piensen, el verdadero éxito en el estudio, en la familia, con la persona del sexo opuesto, en los deportes, y en cada actividad que realicemos, solo es posible con la bendición divina.
Por eso, busca de todo corazón al Padre celestial. Entrégale en sus manos cada camino que pienses transitar. Recuerda que siempre es necesaria la ayuda divina en tu vida. Recuerda que toda ocasión es propicia para orar, y si a eso le añades la búsqueda incesante de Dios, verás que tus esfuerzos son recompensados con logros que superarán tus expectativas.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

¿A QUIÉN SEGUIR?

¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Génesis 3:1 (p.p.).

¡No sé qué hacer; simplemente, no lo sé! Con el rostro entre los brazos, sentada frente a mí, Claudia era el retrato de tantas personas, inmersas en un mundo de dudas: matrimonio en bancarrota, crisis en el trabajo, deudas y luchas diarias con la depresión, Claudia buscaba respuestas.
"Son tantas", decía ella, "tantos caminos, tantas filosofías, tantas propuestas, que es imposible saber lo que es o no es correcto".
Verdad y mentira. Verdad, que existen muchas filosofías, caminos y alternativas. Vivimos en un tiempo en el cual está de moda creer en algo, vivir la espiritualidad, buscar la armonía del alma. El enemigo de nuestras almas es especialista en crear confusión en la mente del ser humano; fue así en principio, y continúa así actualmente.
La pregunta del texto de hoy es una de las más difíciles de traducir. En el hebreo, sugiere dos ideas diferentes, y eso causa cierta contradicción entre los estudiosos de la Biblia. El enemigo formuló una pregunta con el claro objetivo de confundir a Eva; su intención era llevarla a dudar de Dios. Y continúa siendo este su objetivo hoy, al presentar tantas filosofías, creencias y caminos alternativos.
Es muy probable que, en algún momento, te hayas sentido como Claudia, sin saber adónde ir, qué hacer o qué dirección tomar. En la carretera de la vida, todo parece oscuro y te parece imposible llegar a destino.
El caso de Claudia muestra que buscar el rumbo llevada por las ideas y las filosofías humanas solo te conduce a la confusión: el camino es la Palabra de Dios. La Biblia es el mapa del viajero; el GPS para el perdido; la señal de tránsito que indica: sigue adelante, a derecha o a izquierda. Las orientaciones divinas son claras y objetivas: a nadie le fue mal por haberlas obedecido.
Deposita tu confianza en Dios. Aunque al principio no lo entiendas; a pesar de que tu humanidad te hace pensar que la orientación está equivocada. Dios jamás falló a los hijos sinceros, que van a él en busca de orientación y de consejo. Haz de este un día de obediencia a sus orientaciones, y recuerda que el enemigo puede aparecer, en algún momento, susurrándote: "¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?"

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón